Sólo el silencio

Aunque la realidad del ser ha sido establecida de muchas maneras,decirlo no es suficiente: el ser sólo es conocido por experiencia propia.

Sri Bhagavan Ramana Maharshi

ॐ नमः शिवाय

jueves, 28 de octubre de 2010

Todo es Brahman III - Jagan Mitya (El mundo es ilusión)


• Jagan Mitya = el mundo es una apariencia ilusoria

La mente sólo puede percibir a través de los sentidos los elementos con que todos los objetos se componen. El cuerpo también está formado por envolturas diferentes que coinciden con sus diversas modalidades expresadas a través de los sentidos y sus órganos internos.

¿No es esto prueba suficiente para darnos cuenta de que el mundo que tomamos como lo más real, es en realidad, el mundo de la mente? Lo mismo sucede con el cuerpo con el cual nos identificamos sin dudarlo, y es en definitiva un producto de lo que percibimos, de lo mental.

Si esta mente es la causa de todo, ¿de dónde toma su poder, en qué o quién se origina y porqué?¿Cuál será su fuente? Entender en nosotros todo el complejo proceso de la mente constituye el primer paso liberador.


Los sentidos, estando orientados hacia el exterior 
para ayudar al conocimiento de los objetos, 
son externos; la "mente", estando en el interior, es el sentido interno. 
Los términos "interno" y "externo" son relativos al cuerpo; 
no tienen ningún significado en lo absoluto. 

Con el fin de mostrar que todo el mundo objetivo está 
en el interior y no en el exterior, 
las Escrituras han representado el conjunto del cosmos 
con el símbolo del "loto del Corazón". 

Pero el Corazón no es otro que el Sí-mismo. 
Lo mismo que la bola de cera del orfebre, 
aun ocultando minúsculas partículas de oro, 
parece siempre un simple pedazo de cera, 
igualmente todos los individuos perdidos 
en la sombría ignorancia (avidya) o el velo universal (mâya) 
no pueden sino sufrir la nesciencia durante su sueño. 

En el estado de sueño profundo, los cuerpos físico y sutil, 
bien que formando parte de ese velo, son sumergidos en el Sí-mismo: 
es de la ignorancia que ha brotado el ego -el cuerpo sutil-; 
la mente debe ser transformada en el Sí- mismo.


Sri Ramana Maharshi

Esta mente o conciencia identificada con el ser individual, no puede hacer absolutamente nada para convertirse en Brahman. 

Bhagavan siempre nos recordaba que "el agua no puede convertirse a sí misma en agua seca" ... pero en ese preciso instante en que se percata de su inaptitud, algo cambia ... se detiene su continuidad, se congela en el sin tiempo y allí  sucede lo imposible hasta el momento... el mundo desaparece y una puerta se abre detás... aquí-ahora estamos en el trasfondo, en la consciencia pura ... al fin en paz.

Ver lo iluminado sin percatarse de la luz es como ver el pasado y el futuro sin tomar conciencia del presente.

Para ello necesitamos detenernos, frenar la rueda, cortar el circuito interminable de los pensamientos recurrentes y una vez que nos tranquilizamos y aclaramos, volvernos hacia esa Luz, hacia esa fuente, hacia esa presencia que no aparece y desaparece sino que permanece siempre como la base o el trasfondo de lo que percibimos.


Todo lo que existe, desde el creador Brahmâ 
hasta una hoja de hierba, es el ser; 
la ignorancia también es ser o, en caso contrario, 
es irreal e inexistente.

No hay ni siquiera una segunda cosa 
que podamos llamar mente.

En el mismo ser se encuentra el velo o môha, 
que crea la polarización del sujeto y el objeto, 
y en ese momento la conciencia infinita 
aparece como mente.

Ese velo es un pensamiento, una intención, 
una idea en la conciencia infinita, 
pero también es el ser, 
pues en caso contrario 
no podría producir ningún efecto.

La mente nace de este deseo 
de pensar objetivamente 
y sólo puede desaparecer 
con la ayuda del pensamiento contrario 
que pone fin a aquella idea de pensar.

Todo lo que vemos es irreal porque al objetivarlo, al evaluarlo, al medirlo, lo hacemos desde una perspectiva dualista; basados en la separación, en la diversidad. Todos los pensamientos, conceptos o imágenes que aparecen ante nosotros en el estado de vigilia no son más que objetos de la mente, proyecciones mentales, creaciones limitadas, efímeras y simbólicas, producto de una visión marginada o parcial.

Desde lo global, por el contrario, nos sorprenderíamos de hallarnos naturalmente en una actitud de desapego, como turistas o extranjeros, como simples espectadores que observan los hechos sin implicarse, con total indiferencia hacia el yo y sus acciones.

Sólo se trata de cambiar el punto de referencia, de enderezar la perspectiva y reconocernos como testigos privilegiados de todo este proceso, dejando definitivamente el papel de individuos al margen de la unidad.

Lo irreal no es lo que vemos, sino lo que pensamos que vemos, lo que creemos ver.

La ilusión que nos mantiene esclavizados surge en el mismo momento en el que nuestra percepción se confunde con la mente extrovertida, en el preciso instante en el que la atención se centra en ese objeto y la conciencia se recrea a sí misma en ese campo, en ese espacio limitado que no puede contenerla ni aún circunstancialmente.

A cada instante se objetiva la única Consciencia. Su "juego" es crear y destruir continuamente objetos de conocimiento, definiéndolos a partir de un sujeto-conocedor desde cuya perspectiva el objeto parece tener una existencia concreta y diferenciada.

El que aparece como "conocedor del mundo" es un constructo de la mente, un objeto más, y en ese orden (en esa dirección) jamás conocerá la felicidad ni la verdad.

Al utilizar la mente como instrumento debemos hacerlo con discernimiento y desapego, para no quedar enredados en la afectividad.

Si llegamos a este nivel de desprendimiento es que al fin nos hemos desengañado del cuerpo, de la idea recurrente de "ser el cuerpo", convenciéndonos definitivamente de que estamos en él, pero no somos él... Así mismo debemos terminar con el hábito de identificarnos con los procesos mentales, productos del ego, del pensamiento raíz "yo" y todas sus innumerables ramificaciones.

Soltar todo lo que tenemos "entre manos", así como soltamos el cuerpo en la relajación profunda, zona por zona, centímetro a centímetro, para que comience a fluir con la energía cósmica o universal. Liberar de igual manera toda creación del intelecto, desestimar todo pensamiento, todo conocimiento adquirido, toda conceptualización asumida, hasta los más elevados o abstractos, como "yo soy Brahman" o "todo es Brahman" uno por uno, a través de la autoindagación (Atma vichara), buscando sólo permanecer en esa nada que lo es todo, en ese vacío que es plenitud, que es Purnam.

“Termina con tus ilusiones ...” nos dicen los maestros. Rompe las cadenas que tú mismo te has colocado, corta el círculo vicioso del nacimiento y muerte, reclama tu herencia celestial y asume el trono de la libertad total absoluta, de ser sólo tú mismo, de ser sólo el Ser.

El universo aparece sólo en perspectiva. El que ve es mas bien un punto de referencia y el objeto visto resulta no ser más que una apariencia, una proyección, un espectro.

Lo único real es la visión. Lo único que existe es la Consciencia. La semilla de toda existencia. Todo lo que existe es nuestro propio ser.


La mente es la fase inteligente 
que conduce hacia su propia destrucción, 
para que el Yo se manifieste. 
Enderece su perspectiva. 
El creador sabe cómo cuidar de su creación. 

Sri Ramana Maharshi

Todos somos conscientes, por eso Ramana enseñaba que no hay nadie que no sea, y por tanto, que no esté realizado ya... Sin embargo hay una etapa en el ser, en la que aunque consciente, no se percata de la Consciencia, de la dualidad de su propia forma de ser y de pensar... y otra, despierta o iluminada, que reconoce esta unidad como la base de su existencia y el único poder capaz de sostener toda esta continua creación y destrucción en perfecto equilibrio, en total armonía y en completa paz.

Esta última clase de seres es la que vive y se expresa desde la perspectiva de la totalidad, de la unidad, de la única realidad posible, convencidos que no hay ninguna presencia objetiva y sólo la consciencia es omnipresente... Ellos son la sal de la tierra, la luz del mundo, el ser lo Brahman, el absoluto Ser.

¡Lo único que podemos hacer es darnos cuenta, y abrazarnos a esa claridad, para ir comprendiendo poco, nuevamente lo que somos ahora y lo que fuimos siempre... Sólo Brahman, sólo ser!


Brahma Satyam, Jagan Mitya, Jivo Brahmaiva, Na Apara.


TAT TWAM ASI

 OM TAT SAT
Continuaremos con "Todo es Brahman"

lunes, 25 de octubre de 2010

Todo es Brahman II - Brahma Satyam (La verdad es Brahman)

•    Brahma Satyam = Brahman (el ser absoluto no condicionado) es la realidad

Al concluir "La joya suprema del Discernimiento", el maravilloso escrito perteneciente a los upanishad, que relata la última instrucción libertadora (darshan) del Gurú a su sincero aspirante. El gran Acharya suscribe casi como broche de oro:


La esclavitud y la liberación son atributos de buddhi (el intelecto), 
que los ignorantes sobre-imponen a la Realidad, 
como cuando la visión está obstaculizada por las nubes 
se dice que el sol está tapado. 
Este Brahman inmutable es Conocimiento Absoluto, 
el Uno sin segundo, e inconexo. 

Las ideas de que existe la esclavitud o no, son con relación a la Realidad, 
meros atributos intelectuales 
y jamás pertenecen a la Realidad Eterna, Brahman. 

De manera que la esclavitud y la liberación son creaciones de Maya 
y no existen en el Atman (el Ser puro). 
¿Cómo puede existir idea alguna de limitación 
respecto de la suprema Verdad, 
que es como el infinito espacio, que no tiene partes, 
ni actividad, que es calma soberana, 
inmaculada, el Uno, sin segundo? 

Viveka Churhamoni - 571/574 

Aunque es muy cierto que resulta incognocible, impensable e incomprensible, Brahman no es algo lejano a nuestra real naturaleza, no es nada ajeno a nosotros. Al contrario, los maestros insisten en que es lo más íntimo, lo más cercano, que siempre está aquí y ahora, y recalcan que todo lo que vemos sólo existe en Brahman.

A partir del individuo surgen los conceptos de Dios y el mundo. A partir de mí lo conocido es el mundo, mi mundo, lo concreto, lo que me sustenta como individuo. Y es también a partir de mí que lo desconocido es Dios, mi Dios, lo abstracto, lo que no alcanzo a ver y sin embargo intuyo, seguro de que allí está ... lo inconmensurable, lo que me sostiene como testigo, como conciencia.

De "mi" mente hacia arriba: lo absoluto, el cielo, Dios; de "mi" mente hacia abajo: lo relativo, la tierra, el mundo; y en el medio yo, siempre yo, como centro o punto de partida de todas estas proyecciones y conclusiones carentes de una base fáctica.

Ahora bien, si el “yo” no aparece (ni "yo", ni "mío") el mundo y Dios son uno solo, todo lo desconocido se transforma en mi propio ser, en el que experimento, en el que vivo y a la vez, lo conocido desaparece y se funde en "lo Uno" indefinido, sin nombres, sin formas, sin superposiciones.


Si uno es capaz de efectuar la supresión completa 
de todas las modificaciones de una vez por todas, 
entonces uno deviene bendecido con la concentración, 
que es muy querida por todos los sabios. 

Sin embargo, si eso no es posible, 
uno debe proseguir con fe el esfuerzo 
para realizar su propia Brahmaneidad, 
controlando las modificaciones aunque sea solo un momento.

Habiendo comprendido la implicación real 
de la enseñanza ‘Yo soy el Brahman’, 
una persona imbuida de fe, debe meditar sostenidamente 
sobre su identidad con el Brahman al máximo de su capacidad, 
por medio de todas las facultades del intelecto 
embebida de esta Idea.

Meditar sobre Eso, hablar sobre Eso, 
iluminarse mutuamente sobre Eso y absorberse uno mismo en Eso
—todos estos juntos han sido conocidos y enseñados 
por los sabios como constituyendo la práctica del Brahman.

La consumación de esta práctica es la firme convicción 
de la identidad de uno con el Brahman, 
lo mismo que la convicción que hay normalmente 
en el sentido de identidad del sí mismo con el cuerpo. 

Ciertamente, el que ha realizado esto, está en verdad liberado, 
sin ninguna duda; su cuerpo puede morir entonces, 
en cualquier momento, en cualquier lugar.

Sri Shankaracharya

Lo que nos resulta tan arduo desde lo intelectual es que al hablar de Brahman, al nombrarlo, sentimos que nos alejamos de Él. Al intentar objetivarlo sabemos que lo estamos definiendo, delineando, limitando, y ante la dificultad de llegar a expresar su real naturaleza, nos perdemos y confundimos, abandonando la introspección.

¿Qué es más real, Dios o el mundo? ¿O ambos son irreales, y lo único real es el individuo que los realiza? Toda discusión es absurda y termina confundiéndonos aún más.

Renuncia a la multiplicidad, a las diferentes nociones, a lo relativo, dice el Vedanta. Siempre que hay conceptos, habrá un pensador, siempre que exista la dualidad del pensador y lo pensado la verdad se encontrará velada.

Los conceptos de Dios, el mundo y el individuo, emergen y se hunden en el mismo instante. Esta tríada forma un solo conjunto que aparece en nuestra conciencia de manera espontánea y correlativa. Sin uno de ellos, los otros no surgen.



Sri Bhagavan Ramana: La sensación del cuerpo es un pensamiento; 
el pensamiento es de la mente, la mente surge después del pensamiento «yo», 
y el pensamiento «yo» es el pensamiento raíz. 

Si se permanece en el pensamiento «yo», los otros pensamientos desaparecerán. 
Entonces no habrá ningún cuerpo, ni mente, ni siquiera el ego.

Interlocutor: ¿Qué quedará entonces?

Sri Bhagavan Ramana: El Sí mismo en su pureza.

Sin objetos no hace falta el sujeto ni el Dios que los abarque; sin un mundo contenedor de nombre y forma, no hay conceptos ni relaciones que necesiten almacenarse.

Así, a poco de iniciada nuestra investigación, nos percatamos de que el pensamiento no nos ayudará a resolver nuestro dilema, de que la mente es incapaz de conocer Aquello en lo cual se origina, su propia fuente, su ser real.

Aquello (Lo Brahman) no precisa ni admite separación, ni conjunción, ni construcción mental alguna. Por eso ni aún los sabios logran comprenderla, ni los visionarios discernirla. Aquella realidad no está al alcance de ningún individuo, porque trasciende la mente del "yo" y "mío" ... en Ella no existe el aspirante, ni el sendero, ni el Yoga, en ella no hay ninguna dualidad.

Brahman es lo único real, lo único que realmente existe en todas partes sin el más mínimo rasgo de relatividad.

Sólo Brahman es todo lo que vemos y lo que no llegamos a ver; todo lo que sabemos y también todo lo que ignoramos ... porque siempre está más allá del conocimiento, la ignorancia y todos los demás pares de opuestos, creados por intelecto para interpretar el mundo en el que él mismo se encerró.

Brahman es en verdad, todo lo que fuimos antes de ser otra cosa, y al perder toda identificación con los objetos, "aquello" vuelve a transformarse en todo lo que somos aquí y ahora.

Sri Ramakrisna, el santo de las múltiples realizaciones, utilizaba habitualmente la figura poética de que el jiva o alma individual, al convertirse en aspirante a la realización se asemejaba a  una "muñeca de sal" internándose en el océano de la realidad... En esta misma línea, recordemos lo que este increíble Maestro del Ser enseñaba con respecto al conocimiento supremo de Brahman:

Brahman, lo Absoluto e incondicionado, 
sólo puede ser realizado en samadhi.
Entonces, todo es silencio- todo ese hablar de la realidad e irrealidad,
de jiva (alma) y jagat (mundo), 
de conocimiento e ignorancia, cesa.

Sólo queda la Existencia (ser) y nada más.
Porque realmente, la muñeca de sal no nos cuenta ya nada,
cuando se diluye en el océano infinito. 
Esto es Brahmajñana (el conocimiento supremo).




Brahma Satyam, Jagan Mitya, Jivo Brahmaiva, Na Apara.

TAT TWAM ASI

 OM TAT SAT


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viernes, 22 de octubre de 2010

Todo es Brahman

Brahma Satyam, Jagan Mitya, Jivo Brahmaiva, Na Apara




Brahma Satyam, Jagan Mitya, Jivo Brahmaiva, Na Apara:

El llegar a captar el verdadero sentido de estas pocas palabras es el fin de todo buscador que se sumerge en las aguas del Advaita Vedanta en pos de la ansiada realización. Esta afirmación tan categórica, separada en cuatro estrofas, conlleva un enorme poder demoledor de barreras intelectuales, un mantra muy eficaz para adentrarse de lleno en la contemplación del Ser, que constituye el mayor anhelo del sincero aspirante.

Cada estrofa es una puerta o más bien, la llave de una puerta que nos permite ingresar directamente en la más profunda investigación, con la actitud correcta para indagar, para introducirnos con audacia intentando derrumbar los muros del pasado que como defensas de una antigua fortaleza se yerguen, una tras otra velándonos el acceso a la verdad, a la visión clara, a la realidad última.

Dice Shankara en el Vivekachudamani, que el pájaro del Vedanta posee dos alas y que ambas son fundamentales para garantizar el vuelo perfecto. Estas son el Discernimiento y el Desapego, y es la utilización de estas dos alas en perfecto equilibrio lo que debemos lograr al sumergirnos en la más silenciosa indagación. 



La misma consciencia yo soy, yo existo, 
transladada al cuerpo se experimenta como ignorancia (tamas); 
en la mente se experimenta como egoísmo (rayas); 
y al identificarse o detenerse en el alma individual, jiva, 
se experimenta como amor (satva).

Sri Bhagavan Ramana Maharshi

Rastrear el origen de ese movimiento, pensamiento-sentimiento-cambio, hasta que la consiencia deje de transladarse, de moverse, de cambiar equivale a realización; permanencia en Brahman.

Lo que nunca cambia debe existir siempre, y debe estar presente en todo espacio.

Estando más allá del proceso normal de conocimiento, tiene necesariamente que ser anterior a toda creación, mantención y posterior a toda disolución, a toda la existencia. Y por esta sencilla razón, sólo podemos reconocerla, según lo enseñaba Bhagavan, por estos tres aspectos trascendentales ... considerándolos como infaltables: 

Debe ser eterna, sin cambio y autoconsciente, 
es decir, no dependiente de un agente o un conocedor para ser comprendida. 

Si bien estas condiciones no se brindan para poner a prueba la realidad, que sólo puede abordarse de manera directa y sin la intermediación de ninguna entidad (ni yo, ni otro), sí son muy útiles para reconocer lo-que-no-es real, lo que es no-sí mismo, y una vez que conocemos lo falso como falso, la realidad reluce como lo único que no puede desaparecer jamás.

Y como de lo único que podemos estar seguros es de que "somos", sin duda, debemos ser AQUELLO omnipresente, omnipenetrante, eterno e inmutable ... Brahman.

Descartando todos los atributos del mundo, 
sabemos que en realidad sólo es Brahman.

Descartando todos los atributos en nosotros mismos, 
sabemos que efectivamente, 
también nosotros somos Brahman.

Descartando todo atributo superpuesto 
por el conocimiento y la ignorancia, 
comprobamos finalmente que 
todo es Brahman.

Aprendiendo así a utilizar ese maravilloso poder al que llamamos “mente” y que, si bien es ahora la causa de nuestra desdicha (pues no la empleamos correctamente),  puede convertirse y deberá hacerlo, en nuestro principal aliado a la hora de emprender el camino de regreso.

Estas mágicas palabras del gran Shri Shankaracharya no invitan al discurso, sino más bien al Silencio. Como todo en la filosofía Advaita nos insta a situarnos en la perfecta quietud interior, en el Silencio profundo, no forzado, no inducido, que nos deposita directamente a los pies del Señor, en la pureza mental, en el límite de nuestra conciencia, en ese maravilloso estado (o no-estado) en el que no somos nada porque lo amamos todo, en el que no somos nadie porque al fin somos uno, infinito, informe, total y absoluto.


El lenguaje es sólo un medio para comunicar 
los propios pensamientos de uno a otro. 
Sólo entra en operación después de que surgen los pensamientos; 
los otros pensamientos surgen después de que surge el pensamiento «yo»; 
el pensamiento «yo» es la raíz de toda conversación. 
Cuando uno permanece sin pensar, uno comprende a otro 
por medio del lenguaje universal del silencio.

Lo que uno no logra conocer a través de una conversación 
que se extiende a varios años, se puede conocer en un instante en el Silencio, 
o frente al Silencio —por ejemplo, 
Dakshinamurti y sus cuatro discípulos.

Ese es el lenguaje más alto y más efectivo.





Brahma Satyam, Jagan Mitya, Jivo Brahmaiva, Na Apara.

TAT TWAM ASI

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martes, 19 de octubre de 2010

Permanecer en el Ser (final, a los Pies del Señor)


¡Encuentra los Pies del Señor en tu corazón y permanece allí para siempre! 

Hallar a Siva, "lo auspicioso" siempre en perfecto estado de equilibrio, armonía o meditación en nosotros, es alcanzar el refugio o la cueva sagrada donde se asienta la consciencia pura, y donde debemos permanecer hasta que se desate completamente el nudo (granthi) de la existencia individual.

Realizando que el Señor es el SER puro y simple, libre y eterno, y entregándonos a Sus Divinos Pies, llegamos al punto donde ya no hay caminos, ni hay quién lo transite, pues identificados con lo Brahman sólo nos resta esperar por la Gracia,  para que finalice la obra divina, "matando sin matar" todo lo que sea irreal en nosotros, todo lo que no sea Sí mismo, el Señor supremo.

Sri Ramakrishna, un gran santo del siglo pasado cuya vida fue también un claro ejemplo de entrega y realización, repetía que no había que conformarse con un sólo aspecto de la divinidad, y además de realizar su naturaleza no-dual, en perfecta absorción o samadhi, era necesario ADORAR esa divinidad omnipresente, en todo momento, mientras sigamos sintiendo la más mínima contracción o condicionamiento cognitivo. Por eso, siempre oraba de este modo:
"Madre Divina, no tengo bhakti ni yoga,
soy pobre y desamparado,
no deseo ser alabado por nadie.
Permite que mi mente sólo more
por siempre en Tus pies de loto"

Sri Ramakrishna llegó a la realización espontánea mientras realizaba tareas devocionales en el templo de la diosa Kali, ante la imagen de Siva, y a partir de allí se dedicó a profundizar esa experiencia mística y hacerla permanente.

De manera similar, el sadgurú Ramana siguió esa misma guiación hasta la base del monte Arunachala (a los pies de Siva) devocionalmente al principio, para comprender más tarde que esa desbordante devoción hacia la Montaña sagrada se trataba sobre todo del mandato hacia la completa "inmovilidad", hacia la permanencia en total quietud y firmeza mental (manolaya)... y al cumplimiento de esa simple sadhana, se entregó durante el resto de su vida en Tiruvanamalai.

El gran santo de Arunachala nos recordaba que adorar la realidad sin forma, es la mejor manera de adorar y la única forma de alcanzar la PERMANENCIA de la mente en el corazón. Pero aclaraba que si alguien era incapaz de adorar al Ser sin darle forma, la adoración con forma era aceptable. Pues la veneración sin forma era sólo posible para aquellos que habían trascendido la mente y el ego.

Lo realmente notable de este recordatorio es que un ser que obtuvo la liberación a la manera de un jñani yogui nos recomiende la "adoración" como medio de permanencia en el estado puro, y recalcando que aún para aquellos que han logrado la realización más allá del sentido individual, éste era el modo de permanecer como jivan-muktas o liberados en vida, hasta que se concrete la suprema absorción y liberación de la forma física, al consumirse totalmente el prarabdha karma.

El Sadgurú demostró en su propia vida que no hay diferencia entre Bhakti y Jñana, siempre que en el corazón prevalezca la firme determinación de unirse a su verdadera naturaleza eternamente realizada.

El pensamiento «yo» es el primero en morir
para aquellos que se han refugiado
del miedo a la muerte,
a los Pies del Conquistador de la muerte.

En adelante son, naturalmente inmortales.
¿Pueden ser asaltados alguna vez
por el miedo a la muerte?

La crisis del hombre consiste en que siempre está intentando cambiar para ser esto o aquello, y hasta para realizarse o liberarse... Su desilusión o liberación, por contrapartida, se reduce simplemente a dejar de identificarse con lo que cambia.

Aquí y ahora, el hecho de su identidad divina le resultará irrefutable (cuando se elimina el no-ser, lo que queda es el ser) y no le dejará otra opción que entregarse a ese estado de paz profunda y cesar todo movimiento creativo, permaneciendo allí mientras se va diluyendo lentamente en su propia fuente todo el lastre acumulado, las últimas resistencias de sus predisposiciones y semillas de la dualidad.

Cuando se pierde por el completo la capacidad de discernir, la mente misma se estabiliza en el más elevado estado de desidentificación o samadhi.

Existen tres tipos de samadhi en la filosofía Vedanta, Salvikalpa, Nirvikalpa y Sahaja Samadhi, siendo con objeto y sin objeto, los dos primeros respectivamente, y el último más allá de toda objetividad, es el estado natural y puro del ser absoluto, el samadhi ESPONTÁNEO en el que más tarde o más temprano nos encontraremos completamente desnudos de todo condicionamiento externo e interno.

Ramana Maharshi fue la perfecta escenificación del SAHAJA SAMADHI en la tierra, así como Budha dió el perfecto ejemplo del modo de trascender el intelecto, y Cristo hizo lo propio con la primera, pero fundamental etapa de superar la identificación con el cuerpo. 

Esta es la diferencia entre los Avatares, encarnaciones o vehículos de la divinidad, y los demás maestros secundarios que conocemos.

Los Avatares, jamás caen en contradicciones ni ambigüedades en sus exposiciones, por la misma pureza con que fue formada la estructura mental desde donde la emiten.

Recordemos solamente la imagen de la Virgen que engendra al Niño rey, como símbolo de la asepsia con la que llegan estas almas puras, que nacen para nuestra fortuna y demuestran con sus vidas, la enseñanza espiritual que necesita plasmarse de acuerdo al momento histórico por el que atraviesa la especie humana.

Estos Mahatmas, grandes seres liberados por nacimiento, nos dejan su ejemplo evangélico para que no queden dudas de que su enseñanza es totalmente viable y realizable en el estado actual de evolución del ser humano.

Tal es el caso de SRI BHAGAVAN RAMANA MAHARSHI, nuestro guía y maestro interno por excelencia. El otrora joven  Venkataraman,  quien habiendo obtenido a muy temprana edad la liberación espontánea, que lo llevó instantáneamente más allá de la identificación con el cuerpo-mente, abandonó sin saber todavía porqué y cómo,  su sentido de ser para dirigirse a los Pies de Siva, en su forma de Arunachala, y permanecer allí en Sahaja, a la espera de Su Gracia, cada instante de su gloriosa vida... la que se transformó así en un verdadero EVANGELIO.


El poderoso impacto del mensaje de vida de Bhagavan Ramana no fue la autoindagación como muchos creen, sino la permanencia en el YO, la inmovilidad a los Pies del Señor, que significa simplemente el "umbral" hasta el que podemos llegar como conciencia, más allá del intelecto, y antes de que la mente se exteriorice.

Ante la incomprensión e insistencia de sus devotos el método recetado es la autoindagación, pero la ESENCIA y la meta ejemplificada a la perfección en su viva Presencia fue siempre la simple estancia y permanencia inquebrantable a los Pies de la Montaña Inmóvil y llena de Gracia, que lo había atraído cuando niño.

Se dice: "YO SOY el que SOY". Esto significa que una persona 
debe permanecer como el "Yo". 
Ella es siempre solamente el "Yo". No es nada más. 
Sin embargo, la persona que pregunta: "¿quién soy yo?", 
es sólo una víctima de la ilusión, no un hombre realizado, 
consciente de sí mismo. 
La errónea identidiad del Yo con el no-Yo 
hace que se pregunte: "¿quién soy yo?"

Bhagavan repetía una y otra vez que SER ES REALIZAR, y lo sintetizaba en la sentencia bíblica: YO SOY EL QUE SOY... Por su Gracia sabemos que cuando la mente permanece vacía, sin objetos, pura y limpia de pensamientos, se devela automáticamente como consciencia ... y la consciencia es el SER. 

El simbolismo de "los Pies" no es otro que el de la base existencial o consciencia, el trasfondo vacío y absolutamente libre, más allá del cual ya nada existe y donde ya no hay nadie que sepa que ES o necesite conocer su propio ser... Justo sobre Sus Pies está el Señor, el Yo puro en su perfecta naturaleza, eterna, sin cambio y completamente independiente.


No hay un ser que o sea consciente,
y por tanto, que no sea Siva.
No sólo él es Siva, sino que también
todo lo demás de lo cual es consciente o no.

Siva es el ser que asume estas formas
y la consciencia que las ve.
Es decir: Siva es el trasfondo que subyace
en el sujeto y el objeto,
y así mismo Siva en reposo y Siva en acción,
o Siva y Shakti.

Cuanto se diga que "es",
es sólo la consciencia, Siva.
La fuente donde original de  los pensamientos
son los Pies del Señor, Iswara.

El amor a Sus Pies, plasma bhakti.

¡La devoción se origina en los Pies del Señor!
 Piensa en los Pies del Señor y bebe el Néctar.

Todos los demás dioses adoran solamente a Siva,
y ponen sus cabezas coronadas a los Pies de Él.

Esa adoración involuntaria es sólo natural del Siva.
Por distintos que sean los cuerpos,
la mente sólo se pierde a los Pies del Señor.
¡Y la dicha inunda!

Adorar a Dios con flores
y otros objetos externos es problemático.


Deposita tan sólo una flor -tu corazón-
a los Pies de Siva, y permanece en Paz.

La devoción es Jnana,
pues la mente que se pierde a los Pies de Siva
queda limpia de ignorancia,
conocimiento y liberación.


Selección de obra Sivananda Lahari 
que describe la Devoción suprema
de Adi Sankaracharaya. 

Bhakti es reunión con el Ser... al realizarse se convierte en Jñana, ausencia del sentido de separatividad... y esta es la única dicha y realización verdadera que podemos conocer en esta misma vida.

Cuando hay dos, sólo el amor logrará que quede sólo uno, que el objeto se funda en el sujeto, que el no-ser provisorio e ilusorio se disuelva en la claridad del ser uno, eterno e inmutable.

No nos apresuremos como el Rey Janaka ante la proposición reveladora del sabio Vashistha, a exclamar: "¡soy el sí mismo!" sin darnos cuenta que probablemente sólo de que se trate de un "adelanto", de un vislumbre temporal propiciado por la suprema Gracia del Sadgurú.

Si realmente amamos al Sí mismo debemos VIVIR como el Sí mismo, como el puro ser que es dicha permanente e ininterrumpida, aún en este cuerpo y en esta vida aparentemente condicionada. 

La ligadura es ilusoria y la liberación también lo es; por lo tanto sólo la persistencia en un único estado natural o liberado tiene que imponerse. 

Cuando el ego se desvanece, el jiva muere (desaparece el sentido de ser esto o aquello) y a eso le sigue la realización de Brahman en samadhi... Entonces es Brahman y no el jiva, quien realiza a Brahman. 

Morar en el Yo, en la Gracia continua de Sus Pies de Loto, en la suprema absorción, en perfecta quietud y silencio absoluto, en el sólo ser esa Consciencia pura, que queda como residuo tras la disolución de la mente y la relatividad... es REALIZACIÓN. 

Y aunque parezca duro de afrontar, tendremos que terminar por aceptar que Moksha (la meta, el final) no es una experiencia continuada de exaltación religiosa y gozo ilimitado, sino el único estado de ser en perfecta comunión e integración, en la continua beatitud del samadhi o autoconocimiento ... sin ser otra cosa, sin ser nada más ... Es al fin y al cabo: ¡PERMANENCIA EN LA INEXSISTENCIA!


Con el corazón totalmente convertido en presa
a los Pies del Señor has de encontrarme
sin otras esperanzas ni certezas,
ni la más remota idea de salvarme.

El Néctar de Sus Pies me ha convencido
de que no hay otra historia ni otra suerte...
¡Si hermoso fue nacer y haber vivido
mucho más bella aún será esta muerte!


HARI OM TAT SAT
¡TAT TWAM ASI!

jueves, 14 de octubre de 2010

Permanecer como el Ser (continuación: El Yo es todo)

Lo que no es NATURAL sino adquirido no pueder ser PERMANENTE y no merece el esfuerzo.

Todo conocimiento que no purifique la mente y el corazón, es negación del verdadero conocimiento, y sólo crea más confusión e ignorancia.

Imbuidos en la Advaita, la intuición de la verdad última y definitiva, no podemos seguir creyendo que un nuevo concepto nos conducirá a una mágica revelación, ni tampoco esperar que la comprensión final  llegue por medio de algún ejercicio o esfuerzo personal.

Aquí es todo lo contrario. No hay forma de conocer esta realidad absoluta. No hay palabras para describir "lo Brahman".

"Brahman es sin atributos, sin movimiento, inmutable, firme como el Monte Meru...", dicen los maestros ante la imposibilidad de describirlo.

La naturaleza de Aquello es INMOVILIDAD, quietud, permanencia... y para alcanzarla, para ser eso, para reintegrarnos como el Yo real, y redescubrir nuestra naturaleza esencial, no tenemos más opción que asumirla y trasladarla a nuestra vida diaria, aún en este cuerpo-mente y en este mismo mundo.

No podemos conocerLo, pero podemos SERLO.

Permanencia es la clave final, el mensaje oculto en el Silencio congénito, en la consciencia sin objeto, en el origen virginal de todos los pensamientos, persistiendo ante cualquier estado u objeto que aparezca superpuesto sobre ese trasfondo de absoluta pureza.

Este permanecer como el Ser, no implica identificarnos, fijar o seguir aquello que surja en la consciencia, sino por el contrario, dejarlo pasar, dejarlo ir, permitir que fluya todo lo que aparece, mientras presenciamos sin presenciación, y atestiguamos sin ser el testigo, sino sólo percepción, o mejor aún, sin ser absolutamente nada, sin definirnos, sin intelectualizar ni asumir una postura artificial o idealizada.

Ser simplemente lo que somos siempre, sin nombre ni forma, sin calificación alguna, sólo consciencia pura, consciencia sin más, sin agregados ni atributos, sin otra identidad.

Permanecer como el continente, más allá del contenido que se capte o se conozca a través de los órganos de los sentidos y la conciencia. Renunciando a esta caprichosa aparición, conscientes de que no es lo último, ni lo esencial, sino que tiene que existir una base para que ella se manifieste... y esa plataforma de despegue, esa base de pura existencia no es otra que nuestro Ser real.

La biblia dice: Estad quietos y conoced que Yo soy Dios.

¿Porqué no reconocemos este Yo puro en nosotros, si está plenamente presente en cualquier estado? Porque aún tenemos que familiarizarnos con él ... por haber perdido esa base de plenitud que sólo podemos experimentar en el SILENCIO profundo del corazón, y al cual nos iremos readaptando poco a poco, hasta recuperar nuestro ser natural y original, tal como se rehabilita alguien que ha perdido sus principales funciones motrices y necesita reeducarlas con suma paciencia y constancia.

Esta santa permanencia es la que Sri Ramana Maharshi ejemplificó con total claridad a lo largo de su vida en Tiruvanamalai, a los Pies de Arunachala-Siva, dedicando toda su fuerza vital a mostrarnos este camino de perfección.

Durante los primeros años allí, permaneció en absoluto silencio (mouna), no como una postura disciplinaria, sino para demostrarnos en la práctica el alfa y el omega, el medio y el fin, que más tarde explicaría con total extensión y claridad a todos los que lo visitaron y se refugiaron a sus Pies de loto ... y en esa vivencia ejemplar, logró que Su MENSAJE se transforme en Presencia continua y perpetua, y es por eso que aún hoy, Su Gracia nos sigue llegando... desde lo eterno.


Todo el mundo ha experimentado que incluso en los estados
de sueño profundo, desvanecimiento, etc,
cuando todo el universo móvil y estacionario,
comenzando por la tierra y acabando
con el inmanifiesto (Prakriti), desaparece,
uno no desaparece,
por tanto el estado del ser puro,
que es común a todos
y que todos experimentamos siempre de manera directa,
es la propia naturaleza de uno.

La conclusión es que todas las experiencias
tanto en el estado de iluminación como de ignorancia,
que pueden describirse con palabras diferentes,
son opuestas a la propia naturaleza verdadera de uno.

Sri Ramana Maharshi

Toda "experiencia" es contraria a nuestra naturaleza, que es PERMANENCIA, y sólo aquello que está siempre presente y patente (de manera directa) en nosotros es NUESTRO SER.

Lo único a lo que podemos llamar "permanente" es al Yo, ya que siempre somos conscientes, y este simple y perfecto ser constituye nuestra naturaleza básica o esencial, por lo que se infiere que "lo que es natural en nosotros tiene que ser permanente" sin excepción.

Hay dos características que deben existir siempre para que un estado sea considerado como "natural" o inherente:

   1. Aquello a lo que no podemos renunciar.
   2. Lo que jamás puede sentirse como una carga.

Así como el fuego no puede renunciar a su calor, y el veneno no constituye una carga ni un peligro para la serpiente... Así esta pura consciencia sin objeto constituye nuestra naturaleza prefecta y contínua, omnipresente e irrefutable.

Uno no se esfuerza para obtener lo que es su naturaleza, y por lo tanto, siempre está presente en él, más allá de todo cambio aparente.

Reflexionando de esta forma nos encontramos finalmente "cara a cara" con el Yo puro ... una especie de vacío que sabe a plenitud, o plenitud carente de todo sentido... un estado que como acaba de quedar claramente expresado, está más allá de las palabras, trasciende cualquier descripción.

Instantáneamente se develan ante nosotros los dichos de los Maestros de la Advaita, tantas veces escuchados y asumidos intuitivamente: "Aquello que está siempre aquí y ahora", el "trasfondo", la base existencial, lo Brahman eterno e inmutable...

Yo no soy mi cuerpo; soy más.
Yo no soy mi habla, mis órganos, el oído, el olfato;
eso no soy yo.

La mente que piensa, tampoco soy yo.
Si nada de eso soy, entonces , ¿quién soy?.
La consciencia que permanece, eso soy


Al conocimiento de nuestra naturaleza se le denomina "autoconocimiento" y ésta es la única liberación a la que podemos aspirar en nuestro estado actual.

Somos es el YO y no hay nada más que el YO... Conociendo eso, conocemos todo lo demás.

En el ser sólo el ser, en la mayor austeridad posible, la de permanecer fuera del alcance de la conciencia del cuerpo o del sentido de individualidad, y estabilizarnos en ese trasfondo natural y original sin modificaciones, está la única paz y felicidad que merece ser buscada con total dedicación.

"Después de que el discípulo realizó
el estado omnirefulgente, unitario e ininterrumpido 
del Ser-Conocimiento-Dicha, 
se entregó al Maestro 
y le rogó humildemente le hiciera saber 
cómo podría retribuirle su Gracia. 

El Maestro le dijo: 
Mi retribución consiste en tu Dicha, 
permanente e ininterrumpida. 
No huyas de ella"

Como dijimos, este es el estado de perfección (siddha) en el que ya no queda nadie como "el hacedor", nadie que pueda tomar una decisión o asumir una postura determinada.

No quedan cualidades para ejercer, ni atributos que puedan ser útiles a fin alguno ... Aquí sólo nos resta "permanecer" vacíos y totalmente rendidos al único final posible: la destrucción completa como individuos, la resurrección gloriosa como el Yo real.



El deseo de felicidad y paz permanentes denota
que en su naturaleza existe esa permanencia.
Por eso busca encontrar y recobrar su propia naturaleza,o sea, su Yo.

Una vez que se encuentra eso, se encuentra todo. 
Esa búsqueda hacia adentro es el sendero 
que el intelecto del hombre ha de conquistar. 

El intelecto mismo, mediante práctica continua,
comprende que algún Poder Superior le permite funcionar. 
El mismo no puede llegar a ese Poder. 
Por eso, después de cierta etapa cesa de funcionar. 
Y cuando lo hace, todo lo que queda es únicamente el Poder Supremo. 

Eso es Realización, ésa es la finalidad, ésa es la meta. 

Está claro entonces, que lo que el intelecto se propone es realizar 
su propia independencia sobre el Poder Superior 
y su ineptitud para llegar a éste. 
Por eso deberá aniquilarse antes de conquistar la meta.


HARI OM TAT SAT
¡TAT TWAM ASI!

Continuaremos con la entrada final de Permanencer en el Ser...

domingo, 10 de octubre de 2010

Permanecer como el Ser

Yo soy esto o aquello implica objetividad. El Yo no puede ser objeto, porque no puede haber dos yoes. Si hay dos, es porque uno es falso. A este falso "yo" debemos desenmascararlo y ésto se logra buscándolo.

Rastreando las falsedad se llega a la realidad.

Al ir recediendo y profundizando en la autoindagación empieza a disminuir en forma paulatina el ruido mental.
Este crepitar contínuo del contenido mental implica una disputa interior, una lucha intensa entre conceptos que no quieren ceder y otros más abarcativos y purificadores, que van ganando espacio poco a poco.

El sólo hecho de razonar indica que la meta no ha sido alcanzada, tomando como "meta" la quiescencia de la sustancia mental, en la que se autodescubre la consciencia real.

Permaneciendo impávidos ante los vaivenes de esta etapa, lograremos que este "repiqueteo" contínuo de la mente se vaya aplacando, y día a día se incremente esa sensación tan íntima y familiar de paz y armonía, de amplitud y claridad, que hasta aquí sólo experimentabamos en muy breves lapsos.

PERMANECER en el simple ser, en el sólo ser, en el mero ser, sin el más mínimo movimiento, ni impulso externo ni interno, con total FIRMEZA y fortaleza de la mente unificada, sin nada que atestiguar ni presenciar ...

Permanecer como el YO PURO, como el único y verdadero "vencedor de la muerte", como Siva en el monte Kailás, donde mora eterno en su propio SER.

Volvamos ahora a Sus Pies y veamos como describe el gran Shankara este último tramo del retorno a la mayor pureza mental y al equilibrio integral del ser, en el maravilloso APAROKSHA ANUBHUTI (versículos 129 a 142).


Al pensar sobre un objeto la mente se identifica con él.
Cuando piensa en el vacío realmente la mente se vuelve vacía,
mientras que los pensamientos sobre Brahman
lo conducen a la perfección.
Por eso se debe pensar constantemente en Brahman
para realizar la perfección.
...
Realmente benditas son aquellas personas,
quienes en primer lugar tienen esa conciencia de Brahman
y luego la desarrollan más y más.
Ellas son respetadas en todas partes.

Solamente aquellos en quienes esta conciencia de Brahman
primero llega a ser siempre presente y luego madura,
alcanzan el estado del omnipresente Brahman,
y no aquellos que meramente pasan su tiempo en vanas discusiones.
...
El aspirante a la realización de Brahman
no debe estar ni un solo momento sin el pensamiento de Brahman,
al igual que Brahma, Sanaka, Suka y otros.

La naturaleza de la causa es inherente al efecto, y no viceversa.
Así, razonando llegamos a la conclusión de que
cuando el efecto está ausente, la causa desaparece.

Entonces solo queda Aquella Realidad pura 
que está más allá de la palabra.
...
Solamente por la constante práctica del samadhi,
surge en aquellos de mente purificada 
un estado de conciencia de Brahman,
que luego se diluye en Brahman.

Primero uno debe buscar la causa por el método negativo
y luego debe buscarla por el método positivo 
como inherente en el efecto.

Realmente, se debe ver la causa en el efecto,
luego se debe descartar el efecto por completo.
Entonces, el sabio se convierte en lo que queda.

La persona que piensa con constancia y firme convicción 
sobre una cosa, se convierte en ella.

El sabio debe pensar siempre en todo lo invisible, 
lo visible y lo demás, como siendo su Ser, 
que es la conciencia misma.

Reduciendo lo visible en lo invisible,
el sabio debe pensar que el universo es idéntico a Brahman.
Solamente así estará en la eterna felicidad 
con la mente llena de conciencia y beatitud.

A desechar todos los objetos que van apareciendo en la autoindagación se lo denomina el método negativo. Afirmarse en la realidad única, permaneciendo como el ser absoluto, es el método positivo.

A la luz de la ADVAITA llegamos a un momento clave en que el aspirante o el buscador ha quedado atrás. 

Desde este punto de vista extremo (Ajata), sólo existe lo que ES y lo que no, jamás podrá llegar a existir. Así que todos los atributos o cualidades que con que nos hayamos identificado hasta el momento, deben desaparecer ... Son sólo conceptos, y si bien podemos haberlos utilizado como medio de acercamiento a la unidad, una vez aquí debemos desecharlos igual que se deja una barca al arribar a la otra orilla.

Aquí desaparecen el aspirante y quién lo guia, el caminante y el camino, el buscador y lo buscado, puesto que se unen en un sólo estado de pureza absoluta y quietud perfecta de la mente, devenida en pura consciencia por haber recedido a su naturaleza esencial.

Aquí debemos permanecer a partir de ahora. Hemos vuelto al Hogar ...pero ahora con la convicción de que no hay nada que buscar afuera, que el conocimiento que buscamos en lo externo fue el propiciador de la ignorancia, dando cabida a los conceptos de esclavitud y liberación que nunca existieron en nuestro estado prístino o natural.

El conocimiento y la ignorancia son ambas caras de una misma moneda, y una vez que los seguimos y nos perdemos tras de sus interminables circuítos conflictivos... nos veremos obligados a receder, al estado anterior y al precedente, y así sucesivamente hasta encontrarnos de nuevo en el principio, en el origen.

Trascendida esta conciencia (yo soy) sólo queda Lo Brahman, sólo ser sin ser otra cosa, conocimiento supremo, consciencia absoluta, sin palabras que la definan, sin cualidades ni agregados.

En verdad no hay yo ni mío, no hay una entidad independiente, ni hay dos seres para que uno realice al otro. No hay camino, ni practicante, ni filosofía. Trascendiendo este sueño, esta sensación de ser el cuerpo-mente, sólo hay Paz perfecta, Verdad sin descripciones y plenitud sin límites... Somos purnam, lo pleno, siempre aquí y ahora.


HARI OM TAT SAT
¡TAT TWAM ASI!

Continuaremos con Permanencer en el Ser...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Autoindagación (consideraciones finales)

Permanecer como el Yo es SER EL YO.

No hay dos Yo para que uno pueda realizar al otro.

El Yo es no-dual y la prueba de esto es que no podemos ver al Yo y al mundo al mismo tiempo.

Sólo podemos ser conscientes de una cosa a la vez, y así podemos confiar en que si permanecemos en la unidad o quietud interior, nuestra mente se irá depurando naturalmente de todas las tendencias latentes acumuladas en el pasado, por el sólo hecho de dejar de alimentarlas, generarlas y mantenerlas.

Para esto no hay otra herramienta más valiosa que la autoindagación... Si aprendemos a utilizarla para ir reduciendo a conciencia cada pensamiento que surja, antes de que llegue a tomar forma y a reclamar su entidad, su conocedor y su hacedor para llevarlo a cabo.

En el estado de vigilia lo más común es que la mente ingrese por períodos en un sin fin de cadenas y asociaciones de ideas, que parecen crear duda sobre duda, ignorancia sobre conocimiento, oscuridad sobre tinieblas, confundiéndolo todo contínuamente.

La única manera de cortar estas cadenas incesantes en las que el ego se sitúa para perpetuarse, es preguntar: ¿a quién le surgen estas dudas? ¿dónde se encuentra el individuo o yo, responsable de estos cuestionamientos? ¿de dónde surge esta entidad? ... Al hacerlo, el falso-yo-cuestionador se esfuma...

Bhagavan enseñaba que debemos actuar como un ejército que pretende recuperar una ciudad rodeada por una infranqueable muralla, tras haberla sitiado... Esperando pacientemente a que los enemigos vayan saliendo uno a uno, interrogándolos y descubriéndolos para que vuelvan a ponerse de nuestro lado.

En otras ocasiones utilizaba el simbolismo de una vaca, que siendo de nuestra propiedad se acostumbra a pastar en terrenos vecinos, y aunque la traigamos a casa, vuelve a intentar por la fuerza del hábito, salirse una y otra vez... pero si la guiamos con constancia y mucha paciencia, e insistimos en mostrarle que en su propio terreno tiene mejor pastura, dejará de hacerlo y se quedará tranquila y felíz... sin exteriorizarse.

También nos llamaba la atención sobre el estado del niño o del bebé, cuyas samskaras (tendencias innatas) permanecen aún en estado latente ... haciéndonos notar que aquél que sigue "vichara marga" llega al mismo estado, pero a diferencia del niño sus semillas están marchitas, totalmente muertas por falta de "riego", por haberles quitado una a una toda la energía o sentido que necesitan para resurgir.


Lo único que necesitamos para despertar es DESILUSIONARNOS, dejar de creer en fantasmas, de buscar  lo que es real en lo irreal, y desechar toda esperanza de realización individual.

Nunca tenemos que perder de vista el hecho de que no podemos realizarnos como individuos. La entidad conceptual no puede llegar a lo que ansía, porque lo que busca es receder a su estado anterior existencial, a lo que era antes de su nacimiento o surgimiento. Cuando el buscador se reconoce como lo buscado, desaparece.

Todo objeto nace a la espera de su realización para desintegrarse y reabsorberse en su fuente original. Es por eso que podemos tomar cualquiera de ellos y utilizarlo como "guía" para la indagación, ya que al preguntar sobre su origen nos mostrará el camino inequívocamente, instintivamente.

Si llegamos a comprender que el pensamiento raíz "yo" constituye la mente, y ésta es por lo tanto, otro objeto más de los tantos que aparecen en la consciencia ... instantáneamente presenciaremos su total disolución con la serenidad del espectador que atestigua una puesta de sol, o el desvanecimiento de un arco iris en el cielo.

Nada mejor para cerrar este profundísimo tema, que citar como perfecto ejemplo de autoindagación, el relato que Bhagavan hacía sobre Uma, la consorte de Siva, aquella diosa que atravesó las peores austeridades para llegar a reunirse con su Amado ... Aquella cuyo nombre se traduce precisamente como (U-Ma) "la que no abandona".


Uma tiene siempre a Siva consigo. 
Ambos forman juntos el Ardhanarisvara.
Empero, ella quería conocer a Siva 
en su verdadera naturaleza.
Ella hizo tapas. En su dhyana ella vio una luz billante.
Pensó: "Esto no puede ser Siva, 
pues está dentro del ámbito de mi visión.
Yo soy más grande que esta luz". 
Por eso prosiguió su tapas.
Desaparecieron los pensamientos.
Prevaleció la quietud.

Entonces ella realizó que el es SER es Siva
en su verdadera naturaleza.



TAT TWAM ASI

OM TAT SAT

sábado, 2 de octubre de 2010

Autoindagación (continuación)

Solo la perseverancia y una suma infinita de paciencia nos ayudarán a ir trascendiendo las engañosas etapas de auto-identificación...

En cada nivel de realización al que vayamos accediendo de la mano de la Gracia, pensaremos como el rey Janaka: soy el si mismo, soy prana, soy lo absoluto, soy esto, soy lo otro ... pero todos serán sólo meros  conceptos que nos devolverán al punto de partida, una y otra vez.

Al momento de pensarlo, limitamos al Yo a un estado determinado, bloqueando el flujo liberador de la energía divina en nuestra conciencia.

El Yo es no-dual ... no es nuestro, por lo que siempre que creemos alcanzar-lo, nos alejamos.

Todo lo que podemos hacer es persistir, lo único que está en nuestras manos es seguir todo el proceso con plena atención, permancer en la observación, como testigos ... como consciencia.


La vía de la Autoindagación es encontrada difícil 
por aquellos que no han adquirido 
la competencia necesaria para ello.

La mente debe ser hecha primero pura y concentrada. 
Esto se hace a través de la meditación. 
Así pues, las diferentes vías, 
en su sentido secundario, 
son auxiliares a la vía directa, 
que es la Autoindagación.

Y como no podía faltar, siempre siguiendo la línea de Sankara, el Sadgurú Sri Bhagavan Ramana Maharshi, la encarnación de Siva en el mundo, nos recuerda que este paso debe ser el último a encarar por la individualidad, y ésta tiene que haber sido reducida antes a cenizas, práctimente hablando, a través de los senderos alternativos: karma, bhakti, dhyana y jñana, y de la profunda y constante meditación en el Ser.

"El individuo está afligido porque confunde 
a la mente y al cuerpo con el Yo. 
Esta confusión se debe a un conocimiento erróneo. 
Lo único que se necesita es eliminar al conocimiento erróneo. 
Esa eliminación tiene como resultado la Realización."

"La autoindagación es la única manera infalible y directa 
de realizar el ser absoluto que en verdad eres."

Pero esta instrucción clave para la autoinvestigación la amplía mucho más en su adaptación del  UPADESHA SAAR, donde nos explica maravillosamente y suscintamente que la acción no es el medio de realizarnos, ni ninguno de los cuatro yogas (karma, bhakti, dhyana y jñana) conocidos como caminos apropiados según las cualidades del aspirante ...  Dejando bien claro que no hay otro medio que la Autoindagación y que todos los demás son sólo maneras de acercarnos a ella, o a la aptitud para dedicarnos a tal fin.

Desde el punto de vista del instrumento material y sutil,
existe diferencia entre el jiva e Ishvara,
pero desde el punto de vista de su verdadera naturaleza,
solo existe la Realidad Suprema.

Quien abandona los condicionamientos,
obtiene la realización de sí mismo.
La visión del Señor como el Ser
es la verdadera realización de Dios.

Puesto que el Yo no es dual,
solo morar en el Yo es la visión del Yo,
y sólo esto se conoce como morar firmemente en el Yo.

La conciencia carece del pensamiento de conocimiento
y del pensamiento de la ignorancia de los objetos.
¿Hay algún conocimiento distinto de la conciencia para conocer el Yo?

"¿Cual es mi naturaleza?"
Indagando de este modo realizamos el Yo y llegamos a saber:
"Soy conciencia bienaventuranza, plena, sin declinación ni nacimiento".

En este mundo unos cuantos individuos con cualidades divinas
logran la felicidad suprema que está más alla de la esclavitud y la liberación.

Esta autoindagación, carente de ego,
es una gran austeridad que revela el Yo.
Esta es la verdad autorrealizada expresada por el sabio Ramana.


Esta GRAN AUSTERIDAD (carente de ego) a la que el Sadgurú hace referencia no es otra que la ACTITUD necesaria para el paso final ... la realización o disolución de la individualidad en el Ser.


De poco serviría librarnos de la enfermedad, si no nos libramos a su vez de la medicación. Si no abandonamos todo esbozo de práctica, técnica o método alguno, a los Pies del único...Siva, el señor del universo.

Este será nuestro próximo paso en este camino sin retorno, en este sendero de quietud y autodescubrimiento silencioso, que sentimos como el Paramarta (el fin último) de nuestra existencia individual.

REALIZACIÓN es permanencia en Brahman.

CONOCIMIENTO es permanencia en Brahman.

PAZ es permanencia en Brahman.

TAT TWAM ASI

OM TAT SAT

Âtma Vichara paso a paso

Persigue inexorablemente la búsqueda del "Quién soy yo".
Analiza tu personalidad entera.
Trata de encontrar dónde comienza el pensamiento del Yo.
Prosigue con tus meditaciones.
Continúa volviendo la atención hacia adentro. (Un día la rueda del pensamiento perderá velocidad, y una intuición surgirá misteriosamente)
Sigue esa intuición, deja que tu pensamiento se detenga, y te conducirá finalmente hacia la meta.

De las Enseñanzas de Sri Ramana Maharshi