Sólo el silencio

Aunque la realidad del ser ha sido establecida de muchas maneras,decirlo no es suficiente: el ser sólo es conocido por experiencia propia.

Sri Bhagavan Ramana Maharshi

ॐ नमः शिवाय

sábado, 25 de junio de 2011

UPADESA (Final -30) RAMANA ETERNO

30.-Esta autoindagación, carente de ego, 
es una gran austeridad que revela el Yo. 
Esta es la verdad autorrealizada 
expresada por el sabio Ramana.

La Felicidad suprema que está más allá de la esclavitud y la liberación, más allá del pensamiento... es "esta autoindagación carente de ego" con que el Maestro continúa el verso anterior y corona su excelente obra.

Si todavía quedaba alguna duda sobre cómo entender Atma Vichara (la autoindagación del Ser), si era correcto repreguntar continuamente desde el torbellino de la mente, o inquirir sobre la naturaleza real sin haberla saboreado ni siquiera un instante... Aquí el SadGurú vuelve a recalcar que es necesario primero estabilizarnos en el estado regenerado, libre de condicionamientos espaciotemporales, y desde ese punto de vista, tal como si miraramos desde la cima del monte Arunachala, ir enfrentando cualquier posible reacción proveniente del ego, esperando que los "enemigos" vayan saliendo uno a uno, hasta desenmascararlos a todos... develando su verdadero origen.

Alcanzar el nivel de madurez espiritual que propicie tal desapego y claridad mental puede llevar  años, vidas, cuerpos... Pero ninguna medición temporal será imporante en la etapa en que estamos unidos al Ser, en la forma del Gurú, siempre aquí y ahora.

Los maestros aclaran al referirse a Tapas (práctica de austeridades), que los prolongados ayunos y hasta Mouna (permanecer silente) inclusive, si bien tienen un efecto depurativo sobre la mente, propician otro contraproducente o al menos funcional al ego, ya que acrecientan su autoestima, fuerza de voluntad y poderío.

Hay una austeridad suprema que no produce efectos secundarios ni peligro alguno... La autoindagación enseñada y demostrada por el gran Santo de Arunachala, como el último paso en el sendero del Jñana Yoga ... la última abstinencia ... la máxima entrega ... la suprema renunciación!

Este Tapas supremo consiste en morar en esa paz inexpugnable, en ese vacío existencial sin referencia alguna, desnudo y silente, manso y quiescente... Se trata de permanecer libres de ego y de todo aquello con que podamos llegar a identificarnos, sin viendo objetos sino simplemente ver como el ser... Viendo el ser desde la perspectiva de la no-dualidad, el ser manifestando, el ser existiendo, el ser "siendo"... Donde hasta ahora veíamos conocimiento, conceptos separados, verdad mutilada, realidad fragmentada.

Vivir en ese espacio vacío de consciencia pura es permanecer sin pensamientos, y esto no puede derivar en otra cosa que el Silencio... Silencio real y concreto que ya no sólo es base o trasfondo, sino plenitud, existencia realizada en la unidad.

Permanecer en el sagrado silencio, en contacto con la Gracia del Gurú, al fin reconocido como el Sí mismo, es alcanzar esa Felicidad Suprema que está más allá de cualquier concepción individual.


Después de la realización el discípulo piensa:
"Estaba tan preocupado. Después de todo,
soy el Yo, el mismo que antes,
pero sin que nada me afecte;
¿dónde está quien se sentía tan afligido?
No está en ninguna parte como para que lo vea".

¿Qué hemos de hacer ahora?
Tan sólo actuar acatando las palabras del maestro,
trabajar dentro.

El Gurú está dentro y fuera. 
Por eso crea condiciones para impulsarlo hacia afuera 
y prepara el interior para arrastrarlo hacia el centro.
Por tanto, empuja desde fuera y tironea desde dentro
para que usted se fije en el centro.

En la sola presencia del Maharshi, al ver una fotografía o leer un extracto de sus pláticas, sentimos en mayor o menor medida una desacostumbrada atracción y una familiaridad para nada extraña o ajena a nuestra esencia.

Sentimos íntimamente que es esa voz interior que sólo fluye en el silencio, la que nos señala su valía y resalta el poder liberador Su presencia.

El flujo interno de corazón a corazón, que tantas veces podemos apreciar y saborear en Su Mirada, no es otra cosa que la refulgencia de la Gracia del Sadgurú dispensada continuamente hacia nosotros.

Esa Corriente eterna de beatitud es nuestra naturaleza real, la felicidad suprema que está más allá de la esclavitud y la liberación.

Lo pleno tiene que absorberlo todo, no puede haber plenitud en la confrontación... Por eso, la Santa Presencia del Maestro absorbe todo a su alrededor y lo conduce al Silencio congénito, prístino, original, donde el ser permanece en estado puro.

Si esta misma claridad interna se transladara a cada instante, de manera de constatar que esta presencia no es otra que la del Sí Mismo en el corazón... No desearíamos a partir de entonces, otra cosa en la vida que morar allí, a Su sombra, a Su amparo... A Sus Pies.


De manera similar, el sadgurú Ramana siguió esa misma guiación hasta la base del monte Arunachala (a los pies de Siva) devocionalmente al principio, para comprender más tarde que esa desbordante devoción hacia la Montaña sagrada se trataba sobre todo del mandato hacia la completa "inmovilidad", hacia la permanencia en total quietud y firmeza mental (manolaya)... y al cumplimiento de esa simple y profunda sadhana, se entregó durante el resto de su vida en Tiruvanamalai.

Hallar a Siva, "lo auspicioso" siempre en perfecto estado de equilibrio, armonía o meditación en nosotros, es alcanzar el refugio o la cueva sagrada donde se asienta la consciencia pura, y donde debemos permanecer hasta que se desate completamente el intrincado nudo de la existencia individual.

Realizando que el Señor es el SER puro y simple, libre y eterno, y entregándonos a Sus Divinos Pies, llegamos al punto donde ya no hay caminos, ni hay quién los transite, donde sólo nos resta esperar por la Gracia,  para que finalice la obra divina, "matando sin matar" todo lo que sea irreal en nosotros, todo lo que no sea Sí mismo, lo que no puede ser Eterno, Inmortal.



El pensamiento «yo» es el primero en morir 
para aquellos que se han refugiado 
del miedo a la muerte,
a los Pies del Conquistador de la muerte.

En adelante son, naturalmente inmortales.
¿Pueden ser asaltados alguna vez
por el miedo a la muerte?

El Sadgurú demostró en su propia vida que no hay diferencia entre Bhakti y Jñana, siempre que en el corazón prevalezca la firme determinación de unirse a su verdadera naturaleza eternamente realizada.

Cuando se pierde por el completo la capacidad de discernir, la mente misma se estabiliza en el más elevado estado de desidentificación o samadhi.

Existen tres tipos de samadhi en la filosofía Vedanta, Salvikalpa, Nirvikalpa y Sahaja Samadhi, siendo con objeto y sin objeto, los dos primeros respectivamente, y el último más allá de toda objetividad... Este último es el estado natural y puro del ser absoluto, el samadhi espontáneo en el que más tarde o más temprano nos encontraremos completamente desnudos de todo condicionamiento externo e interno.

Sri Bhagavan Ramana Maharshi fue la perfecta escenificación del Sahaja Samadhi en la tierra, así como Budha dió el perfecto ejemplo del modo de trascender el intelecto, y Cristo hizo lo propio con la primera, pero fundamental etapa de superar la identificación con el cuerpo.


Esta es la diferencia entre los Avatares, encarnaciones o vehículos de la divinidad, y los demás maestros secundarios que conocemos.

Los Avatares, jamás caen en contradicciones ni ambigüedades en sus exposiciones, por la misma pureza con que fue formada la estructura mental desde donde la emiten.

Recordemos solamente la imagen de la Virgen que engendra al Niño rey, como símbolo de la asepsia con la que llegan estas almas puras, que nacen para nuestra fortuna y demuestran con sus vidas, la enseñanza espiritual que necesita plasmarse de acuerdo al momento histórico por el que atraviesa la especie humana.

Estos Mahatmas, grandes seres liberados por nacimiento, nos dejan su ejemplo evangélico para que no queden dudas de que su enseñanza es totalmente viable y realizable en el estado actual de evolución del ser humano.

Tal es el caso de Sri Bhagavan Ramana Maharshi, el otrora joven  Venkataraman,  quien habiendo obtenido a muy temprana edad la liberación espontánea, que lo llevó instantáneamente más allá de la identificación con el cuerpo-mente, abandonó sin saber todavía porqué y cómo,  su sentido de ser para dirigirse a los Pies de Siva, en su forma de Arunachala, y permanecer allí en Sahaja Samadhi, cada instante de su gloriosa vida... la que se transformó así en un verdadero "evangelio".


Siva es el ser que asume estas formas 
y la consciencia que las ve. 
Es decir: Siva es el trasfondo que subyace 
en el sujeto y el objeto, 
y así mismo Siva en reposo y Siva en acción, 
o Siva y Shakti. 

Cuanto se diga que "es", 
es sólo la consciencia, Siva.
La fuente original de  los pensamientos 
son los Pies del Señor, Iswara. 

El amor a Sus Pies, plasma bhakti.

¡La devoción se origina en los Pies del Señor!

Piensa en los Pies del Señor 
y bebe el Néctar.

El gran santo de Arunachala nos recordaba que adorar la realidad sin forma, es la mejor manera de adorar y la única forma de alcanzar la permanencia de la mente en el corazón... Pero aclaraba que si alguien era incapaz de adorar al Ser sin darle forma, la adoración con forma era aceptable. Pues la veneración sin forma era sólo posible para aquellos que habían trascendido la mente y el ego.

Lo realmente notable de este recordatorio es que un ser que obtuvo la liberación a la manera de un jñani yogui nos recomiende la "adoración" como medio de permanencia en el estado puro, y recalcando que aún para aquellos que han logrado la realización más allá del sentido individual, éste era el modo de permanecer como jivan-muktas o liberados en vida, hasta que se concrete la suprema absorción y liberación de la forma física, al consumirse totalmente el prarabdha karma.

El poderoso impacto del mensaje de vida de Bhagavan no fue la autoindagación como muchos creen, sino la permanencia en el Yo, en la sola consciencia virgen o impensada, en la inmovilidad a los Pies del Señor, que significa simplemente el "umbral" hasta el que podemos llegar como conciencia, más allá del intelecto, y antes de que la mente se exteriorice.

Ante la incomprensión e insistencia de sus devotos el método recetado es la autoindagación, pero la meta ejemplificada a la perfección en su viva Presencia, fue siempre la simple estancia y permanencia inquebrantable a los Pies de la Montaña Inmóvil y llena de Gracia, que lo había atraído cuando niño.

El simbolismo de "los Pies" no es otro que el de la base existencial o consciencia, como trasfondo vacío y absolutamente libre, más allá del cual ya nada existe y donde ya no hay nadie que sepa nada, ni algo que alguien deba saber.

Allí mora triunfante el dios Siva, el Sí Mismo autorealizado... Justo sobre Sus Pies está el Señor, el Yo puro en su perfecta naturaleza, eterna, sin cambio y completamente independiente.

Todos los demás dioses adoran solamente a Siva, 
y ponen sus cabezas coronadas a los Pies de Él.

Esa adoración involuntaria es sólo natural del Siva.
Por distintos que sean los cuerpos, 
la mente sólo se pierde a los Pies del Señor. 
¡Y la dicha inunda!

Adorar a Dios con flores 
y otros objetos externos es problemático.

Deposita tan sólo una flor -tu corazón- 
a los Pies de Siva, y permanece en Paz.

La devoción es Jnana, 
pues la mente que se pierde a los Pies de Siva 
queda limpia de ignorancia, 
conocimiento y liberación.

Selección hecha por Bhagavan 
de la obra Sivananda Lahari 
que describe la Devoción suprema
de Adi Sankaracharaya. 

La Gracia del Sadgurú nos ha despertado del sueño de la ignorancia en el que vagabamos... Ahora sabemos que la esclavitud, el conocimiento y la liberación son sólo conceptos, atributos agregados en Buddhi, el intelecto humano, y no existen más que circunstancialmente como un espejismo autocreado por el egoísmo.

La Felicidad es nuestra propia naturaleza, y lo que es natural es inherente al ser...

Es inmanente y trascendente a la vez!

Es lo que somos cuando no asumimos nada más, ningún atributo o cualidad externa, nada más ni nada menos que nuestro Yo Real, vacío de todo, abierto a todo, siendo uno en todo.

Toda conciencia implica identificación con el proceso dual de conocimiento, pero la Consciencia del Ser, es siempre no dual, inmóvil, inmutable.

Este mismo aspecto del ser, al que llamamos consciencia, vuelto sobre sí mismo, sobre su origen, nos sitúa en un estado completamente libre de condicionamientos, vacío de objetos, pleno de pura Existencia, Consciencia y Dicha ...

Ante la incapacidad de nombrarLo o formarLo, algunos lo llaman Sat-Chit-Ananda, otros simplemente lo adoran en el silencio del corazón como el Uno indiviso, lo absoluto, lo Brahman... Eterno, puro, inamovible!

¡La enseñanza superior del Maestro, es aquella que impartió a través del Silencio!

No hay nada más que pueda decirse... y no hay nada más necesario que morar en esta quietud, sin tiempo.

Desde la refulgencia de Su Gracia Bhagavan repetía que "ser es realizar", y lo sintetizaba en la sentencia bíblica: YO SOY EL QUE SOY.

Por su Gracia sabemos que cuando la mente permanece vacía, sin objetos, pura y limpia de pensamientos, se devela automáticamente como consciencia ... y la consciencia, el Yo y el Gurú son uno mismo...

¡La existencia es consciencia ... y la Consciencia es el Ser... es la Paz más allá de toda comprensión, Plenitud de Ananda, siempre aquí y ahora... libre de amor y odio!


Oh, Mi Gurú: 
Tu Gracia sólo deberá operar a través de mi
para eliminar mi oscuridad y darme Luz...

Amado hijo...
Uno no puede ver a Dios y, 
sin embargo, retener la individualidad.

El que ve y lo visto se unen en un solo Ser.
No hay conocedor, cognición ni conocido.

¡Todos se funden solamente en el Siva Único y Supremo!


SRI BHAGAVAN RAMANA MAHARSHI


OM NAMAH SHIVAYA

OM NAMO BHAGAVATE SRI RAMANAYA

HARI OM TAT SAT

domingo, 19 de junio de 2011

UPADESA (Jñana Yoga -29) El dulce néctar del silencio

29.-En este mundo unos cuantos individuos 
con cualidades divinas 
logran la felicidad suprema 
que está más allá 
de la esclavitud y la liberación.

El individuo o Jiva, alma individual, arrastra tras de si la implicancia de limitación, dependencia, finitud.

Ya sabemos que esta idea es producto de la ignorancia, pero ésta no deriva de haber olvidado un concepto adquirido, ni de un nuevo objeto que debemos aprender... Hablamos de "ignorancia" en el sentido de encarar la cuestión desde una perspectiva equivocada, desde un punto de vista erróneo que genera como efecto colateral la esclavitud ilusoria y la aparición de su opuesto, la carencia de realización, la necesidad de liberarnos de esa prisión existencial.

Todos estos pensamientos, junto a la sensación de esclavitud que generan, sólo existen en la mente y jamás en el Yo... El Sí mismo o Atman es el trasfondo de pura consciencia donde la percepción aparece espontáneamente sin afectar en lo más mínimo al sagrado testigo que presencia la situación con desapego y discernimiento no forzados.

Una vez comprendida esta no dependencia de la conciencia individual, que aparece siempre en segunda instancia y en relación funcional con los objetos enfocados, debemos apuntar al pensamiento raíz "yo" como el responsable de la aparición de todos los demás objetos, ya que la relación de ese centro ilusorio con ellos es la causa fundamental de miedos, ansiedades, ambiciones y deseos de todo tipo, que nos marginan del estado natural de inocencia y claridad mental.

Al fin concluimos que la aparición del ego o "yo" objetivado, es el principio o raíz de la ignorancia, denominada Avidya en la filosofía Vedanta.

Así las cosas nos damos cuenta de que sólo la supresión de esta idea de individualidad, producto de la ignorancia fundamental, constituye en si misma la tan ansiada Liberación... Pero si la esclavitud es sólo un falso concepto, su contrario también lo es, por pura deducción lógica.

El enigma se resuelve sencillamente al entender que la Liberación de esa falsa noción no se halla en la contrapartida o el opuesto de la esclavitud, sino en la trascendencia de ambos conceptos, dejándonos en la realización de lo que queda, el vacío total, la no dualidad o intregración espiritual.

El absoluto no habla. El ego sí.
Uno no aspira a liberarse cuando está dormido...
La aspiración surge solamente en el estado vigil.
Las funciones del estado vigil son las del ego que es sinónimo del "yo".
Averigüe quién es este "yo". 
Al hacerlo y permanecer como el "yo",
todas las dudas se aclararán.

Sri Ramana Maharshi

La consciencia de si (ego) y de los objetos propios (diversidad) son sólo el producto de la ignorancia en Buddhi (el intelecto), de los upadhis (agregados conceptuales), de las superposiciones a la única consciencia.

La raíz de toda diferenciación es ese ego, ese "yo" falso, esa conciencia limitada que se superpone a la consciencia pura en el estado de vigilia... Sólo nuestra especie conoce de manera defectuosa, el árbol y la piedra no tienen ego o personalidad, no tienen consciencia de si, son libres de Avidya.

Las cualidades divinas, como realizaciones de innumerables vidas pasadas, se sintetizan para el jñani que comulga con la Verdad Suprema en una sola vida, en un mismo instante eterno siempre presente aquí y ahora.

Enumeradas por la Vedanta en la enseñanza de Sri Sankara-Siva estas cualidades son: perfecta discriminación entre lo real y lo irreal (viveka), desapego de los deleites tanto terrenales como celestiales (vairagya), control mental (sama), control físico (dama), fe en el Gurú y las escrituras (srada), fortaleza (titiksha), retirar la mente de los objetos sensorios (uparati), ecuanimidad (samadhana), ardiente deseo de liberación (mumukshutwam).

Paradójicamente, estas aptitudes sólo son aplicables al perfecto estado de absorción existencial en que el Jivan Mukta, liberado en vida, se halla totalmente vacío de atributos, establecido en el centro más puro que un ser humano puede experimentar.

Allí, en el puro ser, no hay necesidad de conceptos, ni de construcciones mentales que impulsen acción alguna... Allí hay perfecta quietud, paz absoluta, autoconsciencia.

Ese estado de total libertad sin intromisiones ni reacciones en forma de pensamientos, se presenta como la modalidad natural y espontánea, sin esfuerzo no concentración para lograrlo, una vez que el Jñani afianza su perspectiva en la triple mirada de Siva, lo Auspicioso, el que observa la totalidad sin inmutarse, el testigo silencioso del Puro Ser.


Todos nuestros esfuerzos tienen como objetivo 
alzar el velo de la ignorancia.
Ahora parece difícil sofocar a los pensamientos.

En el estado regenerado resultará más difícil 
hacer entrar a los pensamientos.
Pues, ¿hay cosas en las que pensar?
Sólo existe el Yo.

Los pensamientos sólo pueden funcionar si hay objetos.
Pero no hay objetos.
¿Cómo podrán surgir los pensamientos?

El hábito nos hace creer que es difícil cesar de pensar. 
Si descubriéramos el error, 
no seríamos bastante necios 
como para esforzarnos incesantemente en pensar.


Sri Ramana Maharshi

Conocer ese "estado regenerado" es reencontrarnos con nuestro Ser Real... Por esto el Maestro expresó un día: "nuestra gloria comienza cuando cesamos de existir"... En el sueño profundo, por ejemplo, descansamos de nosotros mismos como individuos, de nuestro nombre, forma, función social, etc... Si el "yo" que desarrolla todas esas funciones fuera nuestro Sí Mismo, ¿cómo puede ser agotador para nosotros y hasta agobiante por momentos, como para necesitar desactivarlo para descansar? ¿Puede pesarnos ser como somos naturalmente?

Si el pensar no es natural en nosotros, debemos permanecer en ese "vacío" de pensamientos y pensadores a cualquier precio, para llegar a experimentar la beatitud original desde la que surgimos al estado de vigilia... La simple negación del no-ser, del no-si mismo, nos deposita en lo que Es, en el Sí Mismo libre y puro, infinito, intocado por los cambios, por la ignorancia y el conocimiento.

¡Sin cambios, el que cambia no surge... Sin movimientos no hay lugar a donde volver... Sin oscilaciones los objetos no generan un cambio de estado y el tiempo personal se detiene... en la omnipresente consciencia del ser!

Y otra vez y mil veces, y nunca será suficiente: Permanencia en el Silencio.

¡Permanecer en el "sólo ser" es morar en el más puro silencio del corazón!

Ese silencio, al volverse impasible se tornará la más poderosa herramienta de autocontrol y la indagación ya no será forzada, sino que naturalmente cada movimiento y sensación serán escrutados apenas surjan, en la quiescencia espontánea que caracteriza al estado natural.

Permanecer allí, haciendo de ese Silencio nuestro propio Maestro, será la única actitud que deberemos mantener a partir de este punto.

La realización y la liberación definitiva sólo pueden llegar en el Silencio, en la más absoluta soledad, en la integración completa y perfecta del corazón con todo lo creado, el creador y la creación en un solo y único instante eterno.

El silencio es la vía y el fin... El Silencio es en sí mismo, el corazón radiante del Gurú hablándonos íntimamente, directamente, amorosamente... Es Su Darshan, Su Paz, Su bendición y lo único que puede asegurarnos la plena felicidad del ser.



El silencio del Gurú es la upadesa más sonora.
Es también la Gracia en su forma más alta.

Todas las demás dikshas (iniciaciones),
por ejemplo, sparsa, chakshus, etc.,
derivan de mouna (el silencio),
por consiguiente son secundarias.

Mouna es la forma primordial.

Si el Gurú está silente,
la mente del buscador se purifica por sí misma.

Sri Ramana Maharshi

Parecería imposible o fuera de nuestro alcance el llegar a establecernos y permanecer inalterables, en un estado de paz y equilibrio perfecto, a la espera de que la mente se purifique por sí misma, a los Pies del Gurú.

De hecho, esto es realmente imposible de realizar para el ego, para la mente individual acosada por las ideas de esclavitud y liberación, los deberes y demás, y lo único que modifica sustancialmente el resultado final de la ecuación es la ENTREGA a Sus Pies, pues sólo por su Gracia podemos alcanzar el nivel de soltura necesario para dejar atrás las densas estructuras y hábitos.

Por su Gracia sabemos que no somos el cuerpo, ni la mente adjunta... Que el individuo es sólo un concepto que aparece circunstancialmente y únicamente existe a nivel funcional.

Sabemos que el desperdicio de energía vital que se produce a través del pensamiento y la palabra, es lo que demora la aparición de la Luz del Corazón y la sabiduría del Silencio, la comunión con Maheshua, nuestro verdadero Padre.

Gracias al Maharshi sabemos que Siva, el mayor de los Yoguis, no está fuera de nosotros, y que permaneciendo a Sus Pies, en completa inmovilidad y desnudez, como el Maharshi en Arunachala... ya somos todo lo que podemos ser.

Sólo allí, en el silencio congénito donde de hecho somos uno con Siva mismo, en la forma de Dakshinamurti, podemos encontrar la respuesta definitiva a nuesta eterna pregunta identificatoria...

El yo se disuelve en el ser, no teniendo objetos a los que asociarse.

Y esta vacuidad definitiva será en el más absoluto silencio, y acabará con toda duda respecto a quiénes somos realmente.

¡Todo llega a su fin, y lo que ha comenzado en el silencio debe concluir allí mismo, donde nada conlcuye, donde todo se funde en un continuo espacio de pura Consciencia!



Sri Bhagavan dijo: 
«Todo ha acabado. 
La charla del corazón es la charla total. 
Toda charla debe acabar solo en silencio».

La Upadesa ha terminado... Ya no hay más nada que pueda ser transmitido conceptualmente.

Nos hemos mudado al Ashram del Sadgurú y allí convivimos, en el más profundo silencio de su Santa Presencia.

El sadgurú está dentro... ¡El Yo es simplemente ser!

Aquí... ahora... Sólo escucho el silencio totalmente entregado... Toda resistencia preestablecida ha sido vencida y erradicada de raíz por Su Gracia... Libre de amor y odio ya no estoy a la espera, ni siquiera a la escucha; soy sólo el último destello de ese silencio iluminador que nunca se termina.

Ya no me queda tiempo... El tiempo era tan sólo el contenido de la mente... y al fin la llama se ha consumido!

Desde este espacio pleno de consciencia, tan sólo espero la extinción total de esta chispa salida de la divinidad... No hay a donde ir, ni a donde regresar... ¡Estoy donde siempre he estado!

Al fin el Sí mismo es un continuo inhabitado, informe e infinito de perfecta quietud, equilibrio y pureza, de presencia absoluta... El silencio ya no es una opción, sino la condición natural de la existencia.

Todo sonido se ha disuelto en la vibración eterna...

¡Sólo el Silencio profundo del Yogui supremo en perfecto reposo, puede transmitir la plena certeza del Sahaja Samadhi, el estado de ecuanimidad absoluta!


Leyenda de Dakshinamurti:

Brahma, el creador, creó cuatro hijos de su mente. Fueron: Sanaka, Sanandana, Sanathkumara y Sanatsujatá. Ellos preguntaron a su creador por qué habían sido traídos a la existencia. Brahma dijo: «Yo debo crear el universo. Pero quiero ir a hacer tapas para realizar al Sí mismo. Vosotros habéis sido producidos para que creéis el universo. Eso será multiplicándoos vosotros mismos». A ellos no les gustó la idea y se preguntaron por qué debían ser ellos quienes se tomaran ese trabajo. Es natural que uno busque la fuente. Por consiguiente, ellos querían recuperar su fuente y ser felices. Así pues, no obedecieron los mandatos de Brahma sino que le abandonaron. Ellos deseaban guía para la realización del Sí mismo. Eran los individuos mejor dotados para la Realización del Sí mismo.
La guía debe ser sólo del mejor de los Maestros. ¿Y quién podría serlo sino Siva, el yogiraja? Siva apareció ante ellos sentado debajo del baniano sagrado. ¿Debe Él practicar yoga, siendo yogiraja? Mientras estaba sentado, Él entró en samadhi; Él estaba en Reposo Perfecto. El silencio prevalecía. Ellos Le vieron. El efecto fue inmediato. Cayeron en samadhi y sus dudas acabaron.



OM NAMAH SHIVAYA

OM NAMO BHAGAVATE SRI RAMANAYA

HARI OM TAT SAT

OM SHANTI, SHANTI, SHANTIHI


sábado, 11 de junio de 2011

UPADESA (Jñana Yoga -28) Vichara es realización

28.- ¿Cuál es mi naturaleza?
Indagando de este modo realizamos al Yo 
y llegamos a saber: 
"Soy  conciencia, bienaventuranza plena,
sin declinación ni nacimiento"


La indagación del Ser (Atma Vichara) no se trata de una técnica, ni de un método del Jñana Yoga para obtener la Realización mecánicamente, sino el medio recomendado por las Escrituras y los Maestros realizado de morar y sostenernos en nuestro estado natural el tiempo suficiente como para que las predisposiciones latentes (vasanas) se vayan consumiendo hasta desaparecer y la sustancia mental se clarifique.

Así sencillamente, llegamos a un punto en el cual lo que estaba allí, cubierto de escoria, comienza a relucir con su propia Luz y se descubre a sí mismo como el Yo... Se autorealiza como el ser absoluto, el Brahman de la filosofía Vedanta.

Antes de Vichara uno tiene que haber experimentado ese estado de plenitud deshabitada, donde ya no hay caminos ni salidas, ese vacío demoledor en donde no queda nada más porqué preguntar ni indagar, ni siquiera un indicio de dualidad... Algunos lo llaman Samadhi, o paz inefable, o simplemente el silencio congénito, como lo enseñaba el Maharshi.

Otra referencia citada por los maestros autorealizados es la investigación sobre ese espacio de conciencia que se experimenta al despertar, antes de que surja el primer pensamiento y el pensador correspondiente, ese silencio natural y espontáneo que aunque transitorio nos reafirma la exacta perspectiva para descubrir el "substratum".



Todas las personas experimentan: "Yo fui, vine, llegué, hice..."
¿No es evidente deducir, a partir de estas experiencias,
que la conciencia "Yo" es el sujeto de todas las acciones diversas?

Indagar en la naturaleza verdadera de esa conciencia,
y permanecer como uno mismo,
es el modo de entender, a través de la indagación,
la propia naturaleza verdadera.

Si captamos el sujeto de todas nuestras acciones e indagamos sobre la naturaleza de esa corriente interna, estaremos cercanos a aquél espacio de conciencia a donde el Maestro nos conduce desde el principio.

Esto hay que hacerlo repetidas veces, contínuamente, no como receta sino naturalmente, de manera espontánea ante cada interrupción a nuestra meditación o estado introspectivo, en cada intromisión a ese momento de profunda comunión con el silencio interno que es la única práctica recomendada.

La única liberación posible es volver sobre nuestros pasos hasta el vacío más puro que podamos llegar, y morar allí, vigilantes y pacientes, aguardando con la humildad de los grandes hasta que el final acontezca naturalmente.



Acciones como "ir" y "venir" pertenecen solamente al cuerpo,
y asi cuando decimos "fui, vine",
equivale a decir que el cuerpo es el Yo.

Pero, ¿puede decirse que el cuerpo es la conciencia "Yo"?
dado que no existía antes de nacer,
está formado de los cinco elementos,
es inexistente en el estado de sueño profundo,
y se convierte en cadáver cuando muere?

¿Puede decirse que este cuerpo inerte como un leño de madera
brilla como el "Yo - Yo"?

¿Podemos vivir sin indagar esto?
¿No declaran acaso las Escrituras,
con el fin de redimirnos mediante la indagación,
que las destrucción de la "vanidad" 
constituye la liberación "mukti"?

Es simple, aunque nos cueste reconocerlo, averiguar nuestra real naturaleza o ser último... Aquello a lo cual nos es imposible renunciar, constituye sin duda nuestra naturaleza esencial... ya que si lo perdiéramos ¡dejaríamos de existir!

Otro modo alternativo de descubrir lo que es natural o inherente, es indagando sobre aquello que estando incorporado, no constituye una carga para nosotros... El veneno nunca afecta a la serpiente dice el refrán, y a la inversa, todo aquello que sentimos como una presión constante o una carga psicológica o emocional sobre nosotros, es sin duda ajeno a nuestra esencia, a nuestro ser real.



Veamos ¿qué es lo que aparece como el Yo?
Entonces, brillará en el Corazón 
una especie de iluminación sin palabras
en la forma de "Yo - Yo".

Es decir, brillará de motu propio 
la conciencia pura que es una e ilimitada,
una vez desaparecidos los múltiples y limitados pensamientos.

A pesar de habernos identificado erróneamente en el pasado, estos objetos son siempre transeúntes en nuestra conciencia y sólo basta volverlos a entregar a la corriente eterna de la vida para que dejen de importunarnos.


Así como al peramanecer al sol el cuerpo mojado comienza a secarse lenta y gradualmente... Así la mente del jñani se va depurando poco a poco al contacto de esa Luz radiante del estado regenerado, permaneciendo en ese vacío absoluto de máxima pureza y beatitud, sin desfallecer ni distraerse.

La única liberación verdadera y posible es vaciarnos por completo de todo agregado, de toda carga suplementaria producida por la mente egoica y alimentada por nuestra falta de concentración.

Si uno permanece tranquilo 
sin abandonar esa experiencia,
el egoísmo, el sentido individual
cuya forma es "yo soy el cuerpo"
será totalmente destruído,
y al final, el pensamiento último
la forma "yo",
también quedará extinguida
como el fuego que quema el alcanfor.

Los grandes sabios y las Escrituras
declaran que sólo esto
constituye la liberación.

El alcanfor no deja residuo alguno al consumir su llama por completo, de la misma forma que la atención sostenida sobre el circuíto o derrotero del Yo en sus diversas etapas de manifestación consumirá la sensación "yo", el pensamiento raíz consecuente y todos sus derivados poco a poco.

La aparición de la pregunta es un perfecto indicador del "punto" justo de maduración requerido... marca el final del camino... señala que la puerta se ha abierto y el espacio se ha despejado propiciando la permanencia de la atención en ese estado de Gracia único e irrepetible al que jamás podemos acercarnos de otra manera... 

¡Sólo la Gracia del Gurú puede conducirnos hasta ese punto de total emancipación!

Cuando nos damos cuenta de que todo lo demás está alineado con esa Gracia Divina, y sólo falta la respuesta a esa pregunta ... es Mukti, la liberación final, porque esa respuesta somos nosotros mismos... Es la respuesta eternamente inexpresada porque ya está  expresada realmente, y lo que completa la ecuación es nuestra presencia en ese espacio de plena consciencia, existencia y dicha.

No hay más nada que hacer, es el final de la entidad individual, del buscador y su ilusión de hallar y transitar un sendero de autoconocimiento... ¡Cuando la respuesta no puede ser otra que el Silencio Sagrado ... es el final, es realización!

La única realidad es el Ser.
Debe proseguir la indagación
hasta que usted realice ese estado del ser puro.

No habrá más preocupaciones
una vez que se haya establecido en ese estado.

Nadie indagará en la fuente de los pensamientos,
a menos que surjan pensamientos...
Mientras usted piense: "yo estoy leyendo",
indague quién lo hace.

¿Porqué la persona no realiza a Dios o al Yo de inmediato,
o sea, tan pronto se le dice que Dios es todos o el Yo es todos?

Eso muestra alguna vacilación de parte de ese hombre.

Debe discutir consigo mismo
y convencerse poco a poco de la Verdad
antes de que su fe se afiance.

Sri Ramana Maharshi

Vichara es permanencia... Permanencia en el Sí mismo, en el sólo ser... En la unidad, en el origen.

Vichara deja al descubierto los últimos vestigios de dualidad, el impulso natural de la mente a exteriorizarce, el poder latente de proyección de las predisposiciones almacenadas con anterioridad a la iluminación espontánea.

Con esfuerzo es Vichara, sin esfuerzo es Sahaja Samadhi; el estado de liberación total y natural, tal y como lo manifestó Sri Ramana Maharshi durante su estancia en Arunachala, a los Pies de su padre, Siva.

Los sagrados Pies del Señor Siva son sencillamente el estado de perfecta quietud en la total inexistencia, en el  Silencio profundo y la sensación de plena libertad que experimentamos al contemplar su rostro.


En la mirada del Sadgurú encontramos la única explicación posible a esa pulsación eterna, sin cambios y autoexistente que toma la forma de Yo-Yo, de iluminación silenciosa.

Esa mirada expresa lo que es imposible explicar y aprender de otra manera...

Transmite esa certeza inefable de comunión esencial, de beatitud indiscriminada, de visión limpia de prejuicios, de paz profunda y amor infinito.... Y podríamos seguir adorando esa transparencia sin llegar jamás a definirla, ni a esbozar el verdadero alcance de esa bendición, de lo que despierta en nuestros corazones, de lo que sintetiza en nuestro despertar.

¡Su Enseñanza nos comunica el método, y Su Mirada nos confirma el resultado!

... ¿Para qué entonces seguir tratando de explicar ese estado en el que los hombres santos permanecen simplemente resplandeciendo?

Eso no puede contarse ni recordarse... porque no puede ser olvidado!

Eso sencillamente... ¡hay que vivirlo! 

Y ahora que lo conocemos, ya no podemos evitar ir tras Ello, indagando, realizando, siendo...



TAT TWAM ASI! 

TÚ ERES AQUELLO!



OM NAMAH SHIVAYA

OM NAMO BHAGAVATE SRI RAMANAYA

HARI OM TAT SAT

OM SHANTI, SHANTI, SHANTIHI


sábado, 4 de junio de 2011

UPADESA (Jñana Yoga -27) YO SOY EL QUE SOY

27.- La conciencia carece del pensamiento de conocimiento
y del pensamiento de la ignorancia de los objetos.
¿Hay algún conocimiento distinto de la conciencia
para conocer al Yo?

La carencia de algo no implica tener necesidad de ello. En lo que se refiere a la Conciencia, la Advaita nos enseña que a mayor pureza, mayor claridad y profundidad en la visión, y desde este enfoque carecer de todo agregado o cualidad, será lo que propicie la ansiada realización, el conocimiento directo del Yo real.

En el estado de vigilia pareciera que el pensamiento constituye nuestra reacción natural ante los sucesos que presenciamos como conciencia... Si analizamos esto en profundidad, comprobaremos que no es así, pues el pensar es parte de un proceso que no es para nada espontáneo ni natural en nosotros.

El conocimiento sin objeto es uno de los tres aspectos fundamentales de nuestra naturaleza real, que la filosofía Vedanta describe como Sat-Chit-Ananda (ser, conciencia y felicidad).

Pero la creación  de imágenes representativas y etiquetas aclaratorias es parte del proceso de conocimiento objetivo, de intelecto humano y la razón individual.

Pensar es formar conceptos, símbolos, objetos mentales para almacenarlos en la memoria funcional y si es necesario, utilizarlos proyectándolos a través de la imaginación, mutando y adaptándolos a cada situación experimentada... El conocimiento objetivo resulta útil y aplicable sólo a situaciones determinadas y predecibles, pero es por naturaleza incapaz de afrontar una investigación sobre lo abstracto, lo sin forma, lo que está más allá de los sentidos.

Aquello que presencia, como el testigo de un hecho concreto, el surgimiento y la desaparición del pensador y su mundo de pensamientos, no puede ser captado por estas herramientas propias del individuo.

Los pensamientos son transeúntes y circunstanciales, y visto de un modo más amplio el pensador también es transitorio y está circunscripto a un determinado estado de conciencia... Y sabemos que nada que no sea permanente en nosotros puede ser natural o inherente.

Imbuidos en la Advaita, la intuición de la verdad última y definitiva, no podemos seguir creyendo que un nuevo concepto nos conducirá a una mágica revelación, ni tampoco esperar que la comprensión final  llegue por medio de algún poder adquirido o esfuerzo personal.

Para conocer los objetos precisamos del pensamiento, más para conocernos a nosotros mismos; ¿necesitamos algún instrumento o una forma simbólica que nos represente?

Lo inmutable e imperecedero tiene que ser por ende omnipresente, esto es, estar siempre expresado totalmente en el aquí y ahora.

La luz siempre es distinta de lo iluminado... Sin embargo la mente acumula tendencias (vásanas) que la incitan a identificarse con los objetos iluminados y proyectados como tales desde la oscuridad de la memoria personal.

El verdadero conocimiento no es el contenido de los pensamientos, ni de los sentimientos, ni de ninguna otra modificación de la sustancia mental, sino el trasfondo en el que surgen, el Contenedor absoluto, Aquello que ilumina el continente todo con su sola presencia.

Este conocimiento no puede pensarse, objetivarse, ni tomar forma alguna en nuestra mente... La consciencia YO SOY es en sí misma ese conocimiento... Por eso decimos que no podemos conocerLo, pero podemos SERLO... ¡Asumirlo, afrontarlo, comenzar a vivir como lo que somos en realidad, como ese espacio de consciencia silenciosa que pulsa y brilla en nuestro corazón!


"Yo Soy" es Dios, no es pensar "Yo soy Dios".
Realice el "Yo Soy" y no piense "Yo Soy".
"Sabe que Yo soy Dios", se dice,
no se dice, "Piensa que Yo soy Dios"...

Se dice "YO SOY el que SOY". 
Esto significa que una persona debe permanecer como el "Yo". 
Ella es siempre solamente el "Yo". 
No es nada más. 
Sin embargo, la persona pregunta: ¿quién soy yo?...
Una víctima de la ilusión preguntaría: ¿quién soy yo?, 
no un hombre plenamente consciente de sí mismo.

La errónea identidad del Yo con el no-yo 
hace que usted pregunte: 
¿Quién soy yo?

Sri Ramana Maharshi

¡Yo soy plena consciencia de mí mismo sin ningún agregado, por ende, lo natural en mí es lo permanente y lo que atestigua todo lo transitorio!

Permanecer en la consciencia sin objeto, en el origen virginal de todos los pensamientos, persistiendo ante cualquier estado u objeto que aparezca superpuesto sobre ese trasfondo de absoluta pureza, es la única práctica requerida en el luminoso sendero del Jñana Yoga.

Este permanecer como el Ser, no implica identificarnos, fijar o seguir aquello que surja en la consciencia, sino por el contrario, ser simplemente lo que somos siempre, sin nombre ni forma, sin calificación alguna, sólo consciencia pura, consciencia sin más, sin calificar ni inventariar nada de lo que presenciamos ya que conocemos por propia experiencia la verdadera entidad de toda apariencia.

Se le pide al Jñani por última vez, que intente permanecer como el continente, sin relevancia del contenido que se capte o se conozca a través de los órganos de los sentidos y la conciencia, más allá de todos los cambios en la superficie.

Presenciando como espectador desapegado esta tan extraña aparición, conscientes de que no es lo último, ni lo esencial, sino que tiene que existir una base firme o inmutable para que ella se manifieste.

Esa conciencia que experimenta las acciones del cuerpo como movimientos propios es hija de la sensación YO SOY, que a su vez es un reflejo transitorio y por tanto, debe surgir de una base firme, permanente, eterna... El Yo real.

La biblia dice: Estad quietos y conoced que Yo soy Dios.

Al despertar por la mañana lo primero es YO SOY como sensación, en seguida ese sentimiento toma forma y busca una imgagen o represetanción dimensional... El intelecto responde con el objeto "cuerpo"... Así este "yo", apócope de yo-soy-el-cuerpo se constituye en el primer pensamiento y la raíz o sujeto referente de todos los demás que surjan.

La poderosa Luz del Yo pasa en pocos segundos a ser obstruída por una sombra conceptual que se interpone y la sofoca, trastocándola...

¿Qué sucede aquí para que perdamos de un momento a otro la referencia existencial que corresponde a nuestro estado natural?

La Enseñanza del Sadgurú se basa fundamentalmente en que investigando este fenómeno de transposición, sigamos ese circuíto energético hasta su origen, llegando así al punto o al nivel de mayor desapego que seamos capaces de soportar.

Quien formula la pregunta debe admitir la existencia de su yo. 
YO SOY es la realización. 
Perseguir esa clave hasta la Realización es Vichara. 
Vichara y realización son lo mismo.

Vichara es el proceso y también la meta. 
YO SOY es la meta y la Realidad final. 
Aferrarse a ello con esfuerzo es Vichara. 
Cuando eso es espontáneo y natural es Realización.

Sri Ramana Maharshi


Quién formula la pregunta es consciente de que falta un dato sensible, fundamental y definitorio, que cambia por completo el sentido  de todas las conclusiones que de él derivan... Esa conciencia, que se percata del faltante, es la respuesta a la pregunta sobre la verdadera identidad, pues como en todo cuestionamiento filosófico, la respuesta es inherente a la pregunta y por tanto está incluida en ella desde el principio.

Darnos cuenta de que no hay respuesta, y que el final del camino es haber llegado a la indescriptible claridad de poder formular esta pregunta... indica que toda búsqueda ha finalizado.

No va más ... ¡El juego ha terminado! Al llegar hasta el Yo Soy, ya no hay escapatoria... En realidad no la hubo desde que el Sadgurú fijó sus ojos sobre nosotros, pero ahora que hemos comprobado la Verdad implícita en aquella mirada profunda y compasiva, ya no podemos hacer más que entregarnos.

Por su Gracia hemos llegado allí, y es por su bondad, que nos permite permanecer a Sus Pies, como alcanzamos la certeza, no la esperanza, sino la fe firme de que el final se aproxima.

Lo que hasta ahora parecía natural, pensar y sentir, será experimentado como algo penoso, como una carga... Y reposar en la ambrosía del eterno presente será nuestra única actitud y compromiso a partir de este punto.

Desaparecer  allí, en la autoconsciencia YO SOY desnunda de toda forma... Persistir allí, subsistir en ese no-estado sin principio ni motivación alguna, en esa muerte virtual... Morar en ese silencio total y absoluto sin volver a pensar, ni sentir, ni nombrar jamás un yo alguno, un posible hacedor o experimentador de nada en absoluto.

Sólo ese total vacío es Moksha, la completa liberación, y sólo en esa absoluta desolación podemos esperar el enfoque supremo de la realización.

Muertos antes de morir, tan sólo estando enfocados en nuestro verdadero centro, en nuestra natural expresión de vida, en nuestra única existencia...

¡Recién aquí, en este preciso punto comienza Atma Vichara; la autoindagación del Ser!



TAT TWAM ASI! 


TÚ ERES AQUELLO!



OM NAMAH SHIVAYA

OM NAMO BHAGAVATE SRI RAMANAYA

HARI OM TAT SAT

OM SHANTI, SHANTI, SHANTIHI

Âtma Vichara paso a paso

Persigue inexorablemente la búsqueda del "Quién soy yo".
Analiza tu personalidad entera.
Trata de encontrar dónde comienza el pensamiento del Yo.
Prosigue con tus meditaciones.
Continúa volviendo la atención hacia adentro. (Un día la rueda del pensamiento perderá velocidad, y una intuición surgirá misteriosamente)
Sigue esa intuición, deja que tu pensamiento se detenga, y te conducirá finalmente hacia la meta.

De las Enseñanzas de Sri Ramana Maharshi