Sólo el silencio

Aunque la realidad del ser ha sido establecida de muchas maneras,decirlo no es suficiente: el ser sólo es conocido por experiencia propia.

Sri Bhagavan Ramana Maharshi

ॐ नमः शिवाय

viernes, 3 de febrero de 2017

PRUEBA ALGO LA VISIÓN DEL MUNDO? (metáfora de la pantalla)


99 El hecho de que se vea no es prueba concluyente de que el mundo existe exactamente como es imaginado [por el veedor]. De la visión es adecuado inferir solo que hay un substrato en el cual aparece el mundo.
En el primer verso de Ulladu Narpadu Bhagavan dice: «Debido a que nosotros vemos el mundo, es indiscutible que existe una causa primera [substrato o realidad básica] que tiene el poder de aparecer como muchos». En el mismo verso él procede a revelar, a la luz de su propia experiencia, que ese substrato es solo el Sí mismo real, sobre el que están sobreimpuestos los cuatro elementos de la apariencia del mundo, las imágenes de nombres y formas, el alma individual que ve, la pantalla y la luz. El sujeto que ve y el espectáculo visto forman la apariencia impuesta sobre el substrato.
La pantalla iluminada es el substrato. Aquí se sugiere la analogía del cine. Las imágenes, en las cuales está incluido el veedor, vienen y van, pero la pantalla iluminada existe inafectada todo el tiempo.
El poder por el cual la apariencia es sobreimpuesta en el substrato es conocido como maya.
Todo lo que se quiere decir al llamar al mundo «un efecto de maya» es que las cosas no son lo que parecen a aquellos que no han conocido el Sí mismo real como realmente es.
100 Incluso los científicos han probado que las cosas no son exactamente como ellas aparecen [al veedor], pues ellos dicen que los objetos aparentemente sólidos son realmente poco más que espacio vacío.
Los físicos atómicos ahora nos dicen que el átomo no es una partícula sólida, sino un espacio cerrado en el que los electrones están rotando alrededor de un núcleo, compuesto de protones y neutrones, etc. Los electrones rotan a diferentes distancias de los núcleos. Todo el átomo se asemeja así un sistema solar. Que las cosas no son lo que parecen es así indiscutible. Por otra parte, no hay ninguna prueba de que las cosas son lo que parecen ser. De hecho, hay una antítesis entre apariencia y realidad.
Es esto lo que se llama maya, que es la ilusión por la cual la realidad aparece como el mundo, ese espectáculo que se asemeja a un cine.
Debido a esta ilusión hay ignorancia (avidya), la cual opera por medio de la mente que identifica erróneamente el cuerpo como el Sí mismo. Por esta razón la verdad sobre el mundo es un profundo misterio, un misterio que trasciende el intelecto humano, pero no es un misterio para el sabio, el único que es competente para decirnos la verdad como realmente es. El verso siguiente señala esto.
101 Solo el sabio que conoce el substrato de la apariencia del mundo, la realidad, estando firmemente establecido en el estado supremo, es competente para revelar la verdad del mundo.
Por este desconocimiento de esa verdad, el hombre común, que es una víctima de su ignorancia, no puede conocer la verdad sobre el mundo.
102 Cuando la visión está enfocada en el exterior, ¿quién puede conocer la verdad, ya sea del Sí mismo real o del mundo? Pero, con la mente vuelta hacia dentro, el sabio conoce la verdad de ambos por el ojo de la consciencia correcta.
Es con el conocimiento de esta singularidad del sabio como el discípulo tiene que acercarse a él y escuchar su enseñanza.
103 Bhagavan, nuestro Guru, ha dicho: «El mundo se ríe del hombre ignorante, diciendo, “¿Cómo puedes tú conocerme adecuadamente a no ser que te conozcas a ti mismo correctamente?”»

Sri Ramana Paravidyopanishad

Âtma Vichara paso a paso

Persigue inexorablemente la búsqueda del "Quién soy yo".
Analiza tu personalidad entera.
Trata de encontrar dónde comienza el pensamiento del Yo.
Prosigue con tus meditaciones.
Continúa volviendo la atención hacia adentro. (Un día la rueda del pensamiento perderá velocidad, y una intuición surgirá misteriosamente)
Sigue esa intuición, deja que tu pensamiento se detenga, y te conducirá finalmente hacia la meta.

De las Enseñanzas de Sri Ramana Maharshi