En este verso el Maestro nos advierte nuevamente que sólo la CONTEMPLACIÓN, la meditación en perfecta quietud y total absorción creará la condición necesaria para que la pulsión de las predisposiciones centradas en el ego vayan perdiendo su vigor, y la conciencia comience entonces a expandirse y clarificarse.
Llegar a la raíz del conflicto, a determinar la causa fundamental de nuestra aflicción, el motivo principal de nuestra búsqueda, de nuestros esfuerzos, de nuestro camino o sadhana, es posible solamente si logramos dejar atrás todo tipo de identificación.
El Maharshi siempre destaca que la causa de la aflicción es que todos nosotros contemplamos como real lo que es irreal, y que tan sólo con abandonar esa práctica se restablecería automáticamente, de manera espontánea, el equilibrio existencial que propiciaría la realización del Yo.
Contemplar nuestra verdadera forma, dejando de creer en la imagen reflejada por los sentidos es el paso fundamental para la total desidentifación... El punto más alto de la práctica de Dhyana-Yoga es la contemplación no dual, la meditación en la no-identidad.
La práctica nos brinda la oportunidad de percatarnos que existe un trasfondo de quietud al que podemos regresar abandonando los viejos circuítos de la mente, sus hábitos y reacciones productos de tendencias latentes que envían la atención hacia afuera, retroalimentando el círculo vicioso de condicionamiento y limitación.
Sólo la contemplación desapegada podrá lograr al establecerse que la atención permanezca en su fuente, o al menos, no se externalice como una reacción en cadena, y pueda regresar después de cada estado al punto de partida, al punto cero, a la paz de su propio origen, de su verdadero hogar.
El trabajo de purificación de vásanas y samskaras (tendencias y semillas latentes) se concreta naturalmente al permanecer conectados, en perfecto equilibrio, a la fuente radiante de gracia que persiste siempre como centro sostenedor de toda existencia, consciencia y dicha con nombre y forma, esto es, de toda vida.
"La mente que consigue absorberse" sólo puede ser el resultado de la total quietud y propiciada por la Gracia del Gurú... y no puede lograrse de ninguna otra forma.
Sólo la contemplación desapegada podrá lograr al establecerse que la atención permanezca en su fuente, o al menos, no se externalice como una reacción en cadena, y pueda regresar después de cada estado al punto de partida, al punto cero, a la paz de su propio origen, de su verdadero hogar.
El trabajo de purificación de vásanas y samskaras (tendencias y semillas latentes) se concreta naturalmente al permanecer conectados, en perfecto equilibrio, a la fuente radiante de gracia que persiste siempre como centro sostenedor de toda existencia, consciencia y dicha con nombre y forma, esto es, de toda vida.
"La mente que consigue absorberse" sólo puede ser el resultado de la total quietud y propiciada por la Gracia del Gurú... y no puede lograrse de ninguna otra forma.
Pero cuando el sol ha salido,
no hay ninguna necesidad de la lámpara;
no hay ninguna necesidad de la lámpara;
los objetos son visibles.
Y para ver el sol, no es necesaria ninguna lámpara,
es suficiente con que vuelva usted sus ojos
hacia el sol auto-luminoso.
hacia el sol auto-luminoso.
Similarmente con la mente;
para ver los objetos es necesaria
la luz reflejada de la mente.
la luz reflejada de la mente.
Para ver el Corazón
es suficiente que la mente se vuelva hacia él.
Entonces la mente no cuenta
y el Corazón es auto-fulgente.
Ver "el corazón" es sin duda la mejor figura que el Maestro pudo haber escogido para enseñarnos con su maravilloso poder de síntesis, lo que realmente implica la "contemplación no dual".
Lo que precisamente caracteriza a la contemplación desde esta perspectiva, es una atención firme y contínua sobre aquello que NUNCA CAMBIA.
Fijar la visión iluminada en ese espacio ilimitado de auto-consciencia que se conoce como "corazón", es la meta del Yoga y a la vez el comienzo del último tramo en la senda hacia la liberación, el principio del fin.
Fijar la visión iluminada en ese espacio ilimitado de auto-consciencia que se conoce como "corazón", es la meta del Yoga y a la vez el comienzo del último tramo en la senda hacia la liberación, el principio del fin.
La meta definitiva de todo yoga, la integración a la unidad, suponiendo que nos consideremos separados de la divinidad, se basa en la permanencia en el AHORA ETERNO.
La quietud de la mente es idéntica a la presencia de la consciencia pura, que siempre estuvo allí en segundo plano, como trasfondo inmutable y eterno, y ahora, al detenerse el flujo continuo del pensamiento queda perfectamente expuesta ante nosotros, y comprendemos de manera directa que todo objeto iluminado era tan sólo un mensajero de "esa" Luz y no había ninguna otra existencia, que esta consciencia no dual, omnipresente, plena de dicha y beatitud.
AQUELLO, indefinido, incorpóreo, impersonal, absoluto y pleno, es "lo uno" para el Advaita y lo que el Maharshi destaca en este verso como el punto clave o centro de atención... Por eso, no se trata de meditar en un objeto, ni concentrarse en la luz o el vacío con el propósito de perderse en ello... Sino de persistir en la pura Consciencia libre y desnuda, en el único ser que YO SOY, en AQUELLO que es siempre sin cambio y permanente, eterno y quieto, perfecto en su totalidad.
La identificación crea automáticamente un correspondiente entorno o estado de conciencia... Un estado implica movimiento, cambio, evolución, principio y fin, la acción de entrar y salir de él, sentirlo, experimentarlo, perderlo... Mientras haya un yo, como identidad del cuerpo mente, habrá cambio, habrá estados sucesivos de conciencia, habrá accionar y por añadidura, inquietud.
La contemplación "destruye" ese mecanismo de la única manera posible, reeducando la mente para que deje de auspiciar su participación en el mundo objetivo... separando así la paja del trigo, lo funcional de lo trascendental, lo circunstancial de lo eterno, lo irreal de lo real.
La claridad experimentada durante la contemplación libre de identificación se caracteriza por la ausencia total y absoluta de "yo" y "mío", y con ellos de todo reflejo condicionado que nos aleje de nuestra real naturaleza.
Así, el yogui que alcanza este estado no deja de pensar, sino de identificarse con el pensador para ser más exactos, con el sujeto que se crea espontáneamente como equilibrio y parte sustentadora de la acción, del conocimiento, de la manifiestación en proceso.
Un sabio tal no reduce la contemplación sólo a las horas de práctica, sino que la extiende a todas sus actividades cotidianas ... Por eso parece estar actuando pero no actúa, parece estar pensando pero no piensa, más bien observa, medita en la observación desapegada, flota sobre lo observado sin inmiscuirse... Mientras lo vemos viendo, el sabio no ve nada distinto, no se ve ni siquiera a si mismo observando ni meditando ... tan sólo es lo que es, brilla en su propia naturaleza, irradia ese ser a través su mirada amplia y bondadosa, de su mente expandida, de su visión amorosa y compasiva, porque Él ha comprendido que aquí y ahora, su ser es siempre PURA CONTEMPLACIÓN.
La mente del Sabio que ha realizado el Sí mismo
está enteramente destruida.
Está muerta.
Pero para el espectador, puede parecer
que él posee una mente como el ego.
Por consiguiente, el «yo» en el Sabio tiene meramente
una aparente realidad «objetiva»;
de hecho, sin embargo,
no tiene ni una existencia subjetiva ni una realidad objetiva.
Si la mente se vuelve hacia la Fuente de iluminación,
el conocimiento objetivo cesa,
y solo el Sí mismo brilla como el Corazón.
En síntesis, contemplación es permanencia en esa perspectiva no-dual donde el conocimiento objetivo cesa, donde los pensamientos no llegan y el ego ya no surge pues no tiene ninguna acción para reclamar como propia, ni un hacedor a quién reclamarle.
La práctica proseguirá como una iteración continua que sólo se detendrá temporalmente en este punto, en la contemplación, hasta estar firmemente establecida... Para ello tendremos que utilizar todas las herramientas aprendidas e incorporadas, de manera de volver una y otra vez hasta esta instancia, hasta este límite, hasta ese estado de absorción y contemplación sin dualidad.
El fin de la sadhana, de la devoción, del yoga y de toda técnica y método recomendado hasta el momento en la Upadesa, es la CONTEMPLACIÓN NO DUAL.
Si vamos tras un conocimiento indirecto, precisamos contar con la herramienta necesaria para obtenerlo, pero si lo que anhelamos es acceder al conocimiento directo de la realidad no objetiva, no necesitamos ningún instrumento para captarlo... Para ello sólo se necesita estar presente, ser alli, ser conscientes de esa conciencia que queda como residuo cuando todo lo demás se esfuma, ser testigos de esa realidad absoluta que tanto deseamos y amamos contemplar.
Sólo la práctica paciente y continua nos conducirá hacia la permanencia en esa quiesencia, quietud silente natural, no forzada, que llamamos Sahaja-Samadhi.
Sólo la práctica paciente y continua nos conducirá hacia la permanencia en esa quiesencia, quietud silente natural, no forzada, que llamamos Sahaja-Samadhi.
Al contemplar la Realidad sin nombre y sin forma no habrá manera de sobrevivir, y al perdernos de forma paulatina a nosotros mismos será tan perfecta la quietud, tan profunda la paz, tan hondo el silencio que encontraremos, que paralelamente a ello se irá incrementando el deseo de permanecer allí, de persistir en ese estado sin estado, de perdernos para siempre en el océano de la dicha que por la Gracia del Sadgurú hemos reconocido.
Es el fin del camino ... Aunque falta tanto aún, la búsqueda ha terminado... Como dice el viejo adagio: hemos de dejar de buscar para encontrar ...Ya no hay más pasos que dar, ni hacia dónde avanzar ... Ya no hay nada que hacer... ¡Sólo SER allí, sólo SER así, sólo SER aquello que siempre fuimos y que ahora, recién ahora, sólo ahora, únicamente en el ahora ... podemos contemplar!
Las escrituras declaran «ve al Sí mismo»,
«ve a Dios».
No es fácil comprender estas ideas.
Puesto que el Sí mismo es Uno no puede ser visto.
¿Cómo puede uno ver a Dios?
Sólo deviniendo alimento para Él.
Dios ilumina la mente y brilla dentro de ella, invisible.
¿Cómo entonces puede uno conocer a Dios a través de la mente?
Sólo volver la mente hacia adentro
y fijarla en Él,
es tener Su visión.
Sri Bhagavan Ramana Maharshi
SATDARSHAN
SATDARSHAN
OM NAMAH SHIVAYA
OM NAMO BHAGAVATE SRI RAMANAYA
HARI OM TAT SAT
NAMASTÉ
Gracias amigo por tanta claridad!.
ResponderBorrarSiguen cayendo velos... sólo cabe esperar, sin esperar...
Un abrazoeterno!!.
Excelente Gorka!
ResponderBorrarEsperar lo que sea, porque todo es Purnan, perfecto y puro ... y más bendito aún si viene de Sus manos!
Namáste, eterno amigo en el SER!
Mi qurido Ganapati.
ResponderBorrarComo siempre tus textos son claros, contundentes, inspiradores y muy instructivos.
No dejes de alumbarnos, amigo amado.
Un abrazo en el Ser.
Gracias mi querida hermana en el Ser!
ResponderBorrarEs su luz la que verdaderamente alumbra, alienta e inspira a seguir adelante!
Mis intentos van decayendo pero considero que es natural y lógico que Él crezca y yo disminuya, que el Maestro arrecie, que el Silencio consuma lo poco que queda de este servidor... y esto lo digo como entidad, sin ninguna otra implicancia.
Gracias por tu compañía luminosa y sincera, un abrazo en el Ser querida hermana!
Por siempre tuyo a los Pies del Sadgurú eterno!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarque onda ganapati eres muy viejo de edad? se supone que cuando debienes ÉL estas lleno de vitalidad hasta el tuetano, como que te consume? se supone que tu debienes ÉL como puede entoces pensar que el te consume, si tu debenies su energia pasas a ser ÉL o simpre los has sido, hay una idea sencilla cuando somos niños no nos acordamos de un gran tiempo de vida adivina por que?, porque se entra despues.
ResponderBorrarpero quisas en que lio estas, te recomiendo que leas al rajint los dos libros un par de veces cada uno.
Osla quesrido Esduardos:
ResponderBorrar¿Debienes o devás? La energias ques
debienes nos es las mismas ques las
ques se vas. ¿estamos de acuerdos?
Quisas, quisas,quisas, cosmo dise la cansión.
Asparte de isnorante, pareses un
poco confussos ¿nos crees?
Un fuertes abrasos des tu amigo
El ser.
Amado Ganapati, gracias por volver a enseñar utilizando palabras que Muestran..
ResponderBorrarY vaya, el Maestro ha querido que volvamos a escribir comentarios.. y El tendrá sus razones.., tal vez para que la mente no se agarre a nada..., madre mía, madre mía!
Abrazo Eterno Amado y Siempre Gracias por tu Infinita Sabiduría y Comprensión.
TE AMAMOS.
Pido disculpas por la ortografía pero es que estoy en el bogismmo mismo y no tengo ni ganas de corregir algo o escribir bien o preocuparme por esto, pero ahí está el bot corrector mecanizado en versión anónimo.
ResponderBorrarLo otro ganapati investigaste sobre el prana, ajaja ahí alumbraste de nuevo, hay cosas que los libros no enseñan ya que depende de la iniciación que lleves.
Si Madre amada, ahora comprendo que lo que el Maestro me mostró a través de ustedes es que debe existir la posibilidad del comentario, para que todos se expresen y acomañen en la UPADESA, como era el pedido inicial...
ResponderBorrarPero lo que recién termino de entender (con tu ayuda como de costumbre) es que los que realmente están de más son mis respuestas, que desvían el tema y confunden más aún a personajes como eduardo y francisco, que llegan más por aburrimiento que por sincera necesidad de apertura.
Pido disculpas nuevamente (mil veces más si es necesario) y tomaré la modalidad de algunos compañeros que permiten comentar a todos pero jamás contestan, creo que será lo mejor para esta etapa... Madre mía!
Que las bendiciones de mi Maestro amado sean con todos ustedes y disculpen la poca cortesía, que en este caso será justificada por las circunstancias!
Un abrazo eterno para todos los Amigos en el Ser!
NAMASTÉ!
OM NAMAH SHIVAYA!
HARI OM TAT SAT!
EL SER TAMBIÉN DA CABIDA AL
ResponderBorrarABURRIMIENTO.
APARICIONES COMO EDUARDO O
FRANCISCO SON IGUAL DE FICTI-
CIAS O REALES QUE LAS DEMÁS, Y TAMBIÉN DEBEN SER PERCIBIDAS
DEL MISMO MODO.
PRANAM
Amigo Ganapati: Esta Upadesa es realmente profunda y no basta (para mi) con una sola lectura, requiere volver a ella su tiempo, pero lo que me ha conmovido es el último verso de Ramana del Satdarshan:
ResponderBorrarDios ilumina la mente y brilla dentro de ella, invisible.
¿Cómo entonces puede uno conocer a Dios a través de la mente? Sólo volver la mente hacia adentro y fijarla en Él, es tener Su visión.
Gracias, echaba de menos estas gemas escogidas y engarzadas en esta hermosa Joya.
Un abrazo!