El individuo o Jiva, alma individual, arrastra tras de si la implicancia de limitación, dependencia, finitud.
Ya sabemos que esta idea es producto de la ignorancia, pero ésta no deriva de haber olvidado un concepto adquirido, ni de un nuevo objeto que debemos aprender... Hablamos de "ignorancia" en el sentido de encarar la cuestión desde una perspectiva equivocada, desde un punto de vista erróneo que genera como efecto colateral la esclavitud ilusoria y la aparición de su opuesto, la carencia de realización, la necesidad de liberarnos de esa prisión existencial.
Todos estos pensamientos, junto a la sensación de esclavitud que generan, sólo existen en la mente y jamás en el Yo... El Sí mismo o Atman es el trasfondo de pura consciencia donde la percepción aparece espontáneamente sin afectar en lo más mínimo al sagrado testigo que presencia la situación con desapego y discernimiento no forzados.
Una vez comprendida esta no dependencia de la conciencia individual, que aparece siempre en segunda instancia y en relación funcional con los objetos enfocados, debemos apuntar al pensamiento raíz "yo" como el responsable de la aparición de todos los demás objetos, ya que la relación de ese centro ilusorio con ellos es la causa fundamental de miedos, ansiedades, ambiciones y deseos de todo tipo, que nos marginan del estado natural de inocencia y claridad mental.
Al fin concluimos que la aparición del ego o "yo" objetivado, es el principio o raíz de la ignorancia, denominada Avidya en la filosofía Vedanta.
Así las cosas nos damos cuenta de que sólo la supresión de esta idea de individualidad, producto de la ignorancia fundamental, constituye en si misma la tan ansiada Liberación... Pero si la esclavitud es sólo un falso concepto, su contrario también lo es, por pura deducción lógica.
El enigma se resuelve sencillamente al entender que la Liberación de esa falsa noción no se halla en la contrapartida o el opuesto de la esclavitud, sino en la trascendencia de ambos conceptos, dejándonos en la realización de lo que queda, el vacío total, la no dualidad o intregración espiritual.
Las cualidades divinas, como realizaciones de innumerables vidas pasadas, se sintetizan para el jñani que comulga con la Verdad Suprema en una sola vida, en un mismo instante eterno siempre presente aquí y ahora.
Enumeradas por la Vedanta en la enseñanza de Sri Sankara-Siva estas cualidades son: perfecta discriminación entre lo real y lo irreal (viveka), desapego de los deleites tanto terrenales como celestiales (vairagya), control mental (sama), control físico (dama), fe en el Gurú y las escrituras (srada), fortaleza (titiksha), retirar la mente de los objetos sensorios (uparati), ecuanimidad (samadhana), ardiente deseo de liberación (mumukshutwam).
Paradójicamente, estas aptitudes sólo son aplicables al perfecto estado de absorción existencial en que el Jivan Mukta, liberado en vida, se halla totalmente vacío de atributos, establecido en el centro más puro que un ser humano puede experimentar.
Allí, en el puro ser, no hay necesidad de conceptos, ni de construcciones mentales que impulsen acción alguna... Allí hay perfecta quietud, paz absoluta, autoconsciencia.
Ese estado de total libertad sin intromisiones ni reacciones en forma de pensamientos, se presenta como la modalidad natural y espontánea, sin esfuerzo no concentración para lograrlo, una vez que el Jñani afianza su perspectiva en la triple mirada de Siva, lo Auspicioso, el que observa la totalidad sin inmutarse, el testigo silencioso del Puro Ser.
El absoluto no habla. El ego sí.
Uno no aspira a liberarse cuando está dormido...
La aspiración surge solamente en el estado vigil.
Las funciones del estado vigil son las del ego que es sinónimo del "yo".
Averigüe quién es este "yo".
Al hacerlo y permanecer como el "yo",
todas las dudas se aclararán.
Sri Ramana Maharshi
La consciencia de si (ego) y de los objetos propios (diversidad) son sólo el producto de la ignorancia en Buddhi (el intelecto), de los upadhis (agregados conceptuales), de las superposiciones a la única consciencia.
La raíz de toda diferenciación es ese ego, ese "yo" falso, esa conciencia limitada que se superpone a la consciencia pura en el estado de vigilia... Sólo nuestra especie conoce de manera defectuosa, el árbol y la piedra no tienen ego o personalidad, no tienen consciencia de si, son libres de Avidya.
Enumeradas por la Vedanta en la enseñanza de Sri Sankara-Siva estas cualidades son: perfecta discriminación entre lo real y lo irreal (viveka), desapego de los deleites tanto terrenales como celestiales (vairagya), control mental (sama), control físico (dama), fe en el Gurú y las escrituras (srada), fortaleza (titiksha), retirar la mente de los objetos sensorios (uparati), ecuanimidad (samadhana), ardiente deseo de liberación (mumukshutwam).
Paradójicamente, estas aptitudes sólo son aplicables al perfecto estado de absorción existencial en que el Jivan Mukta, liberado en vida, se halla totalmente vacío de atributos, establecido en el centro más puro que un ser humano puede experimentar.
Allí, en el puro ser, no hay necesidad de conceptos, ni de construcciones mentales que impulsen acción alguna... Allí hay perfecta quietud, paz absoluta, autoconsciencia.
Ese estado de total libertad sin intromisiones ni reacciones en forma de pensamientos, se presenta como la modalidad natural y espontánea, sin esfuerzo no concentración para lograrlo, una vez que el Jñani afianza su perspectiva en la triple mirada de Siva, lo Auspicioso, el que observa la totalidad sin inmutarse, el testigo silencioso del Puro Ser.
Todos nuestros esfuerzos tienen como objetivo
alzar el velo de la ignorancia.
Ahora parece difícil sofocar a los pensamientos.
En el estado regenerado resultará más difícil
hacer entrar a los pensamientos.
Pues, ¿hay cosas en las que pensar?
Sólo existe el Yo.
Los pensamientos sólo pueden funcionar si hay objetos.
Pero no hay objetos.
¿Cómo podrán surgir los pensamientos?
El hábito nos hace creer que es difícil cesar de pensar.
Si descubriéramos el error,
no seríamos bastante necios
como para esforzarnos incesantemente en pensar.
Sri Ramana Maharshi
Conocer ese "estado regenerado" es reencontrarnos con nuestro Ser Real... Por esto el Maestro expresó un día: "nuestra gloria comienza cuando cesamos de existir"... En el sueño profundo, por ejemplo, descansamos de nosotros mismos como individuos, de nuestro nombre, forma, función social, etc... Si el "yo" que desarrolla todas esas funciones fuera nuestro Sí Mismo, ¿cómo puede ser agotador para nosotros y hasta agobiante por momentos, como para necesitar desactivarlo para descansar? ¿Puede pesarnos ser como somos naturalmente?
Si el pensar no es natural en nosotros, debemos permanecer en ese "vacío" de pensamientos y pensadores a cualquier precio, para llegar a experimentar la beatitud original desde la que surgimos al estado de vigilia... La simple negación del no-ser, del no-si mismo, nos deposita en lo que Es, en el Sí Mismo libre y puro, infinito, intocado por los cambios, por la ignorancia y el conocimiento.
¡Sin cambios, el que cambia no surge... Sin movimientos no hay lugar a donde volver... Sin oscilaciones los objetos no generan un cambio de estado y el tiempo personal se detiene... en la omnipresente consciencia del ser!
¡Permanecer en el "sólo ser" es morar en el más puro silencio del corazón!
Ese silencio, al volverse impasible se tornará la más poderosa herramienta de autocontrol y la indagación ya no será forzada, sino que naturalmente cada movimiento y sensación serán escrutados apenas surjan, en la quiescencia espontánea que caracteriza al estado natural.
Permanecer allí, haciendo de ese Silencio nuestro propio Maestro, será la única actitud que deberemos mantener a partir de este punto.
La realización y la liberación definitiva sólo pueden llegar en el Silencio, en la más absoluta soledad, en la integración completa y perfecta del corazón con todo lo creado, el creador y la creación en un solo y único instante eterno.
El silencio es la vía y el fin... El Silencio es en sí mismo, el corazón radiante del Gurú hablándonos íntimamente, directamente, amorosamente... Es Su Darshan, Su Paz, Su bendición y lo único que puede asegurarnos la plena felicidad del ser.
Es también la Gracia en su forma más alta.
Todas las demás dikshas (iniciaciones),
por ejemplo, sparsa, chakshus, etc.,
derivan de mouna (el silencio),
por consiguiente son secundarias.
Mouna es la forma primordial.
Si el Gurú está silente,
la mente del buscador se purifica por sí misma.
Sri Ramana Maharshi
Parecería imposible o fuera de nuestro alcance el llegar a establecernos y permanecer inalterables, en un estado de paz y equilibrio perfecto, a la espera de que la mente se purifique por sí misma, a los Pies del Gurú.
De hecho, esto es realmente imposible de realizar para el ego, para la mente individual acosada por las ideas de esclavitud y liberación, los deberes y demás, y lo único que modifica sustancialmente el resultado final de la ecuación es la ENTREGA a Sus Pies, pues sólo por su Gracia podemos alcanzar el nivel de soltura necesario para dejar atrás las densas estructuras y hábitos.
Por su Gracia sabemos que no somos el cuerpo, ni la mente adjunta... Que el individuo es sólo un concepto que aparece circunstancialmente y únicamente existe a nivel funcional.
Sabemos que el desperdicio de energía vital que se produce a través del pensamiento y la palabra, es lo que demora la aparición de la Luz del Corazón y la sabiduría del Silencio, la comunión con Maheshua, nuestro verdadero Padre.
Sólo allí, en el silencio congénito donde de hecho somos uno con Siva mismo, en la forma de Dakshinamurti, podemos encontrar la respuesta definitiva a nuesta eterna pregunta identificatoria...
El yo se disuelve en el ser, no teniendo objetos a los que asociarse.
Y esta vacuidad definitiva será en el más absoluto silencio, y acabará con toda duda respecto a quiénes somos realmente.
El yo se disuelve en el ser, no teniendo objetos a los que asociarse.
Y esta vacuidad definitiva será en el más absoluto silencio, y acabará con toda duda respecto a quiénes somos realmente.
Sri Bhagavan dijo:
«Todo ha acabado.
La charla del corazón es la charla total.
Toda charla debe acabar solo en silencio».
La Upadesa ha terminado... Ya no hay más nada que pueda ser transmitido conceptualmente.
Nos hemos mudado al Ashram del Sadgurú y allí convivimos, en el más profundo silencio de su Santa Presencia.
Ya no me queda tiempo... El tiempo era tan sólo el contenido de la mente... y al fin la llama se ha consumido!
Desde este espacio pleno de consciencia, tan sólo espero la extinción total de esta chispa salida de la divinidad... No hay a donde ir, ni a donde regresar... ¡Estoy donde siempre he estado!
Al fin el Sí mismo es un continuo inhabitado, informe e infinito de perfecta quietud, equilibrio y pureza, de presencia absoluta... El silencio ya no es una opción, sino la condición natural de la existencia.
Todo sonido se ha disuelto en la vibración eterna...
¡Sólo el Silencio profundo del Yogui supremo en perfecto reposo, puede transmitir la plena certeza del Sahaja Samadhi, el estado de ecuanimidad absoluta!
Leyenda de Dakshinamurti:
Brahma, el creador, creó cuatro hijos de su mente. Fueron: Sanaka, Sanandana, Sanathkumara y Sanatsujatá. Ellos preguntaron a su creador por qué habían sido traídos a la existencia. Brahma dijo: «Yo debo crear el universo. Pero quiero ir a hacer tapas para realizar al Sí mismo. Vosotros habéis sido producidos para que creéis el universo. Eso será multiplicándoos vosotros mismos». A ellos no les gustó la idea y se preguntaron por qué debían ser ellos quienes se tomaran ese trabajo. Es natural que uno busque la fuente. Por consiguiente, ellos querían recuperar su fuente y ser felices. Así pues, no obedecieron los mandatos de Brahma sino que le abandonaron. Ellos deseaban guía para la realización del Sí mismo. Eran los individuos mejor dotados para la Realización del Sí mismo.
La guía debe ser sólo del mejor de los Maestros. ¿Y quién podría serlo sino Siva, el yogiraja? Siva apareció ante ellos sentado debajo del baniano sagrado. ¿Debe Él practicar yoga, siendo yogiraja? Mientras estaba sentado, Él entró en samadhi; Él estaba en Reposo Perfecto. El silencio prevalecía. Ellos Le vieron. El efecto fue inmediato. Cayeron en samadhi y sus dudas acabaron.
OM NAMAH SHIVAYA
OM NAMO BHAGAVATE SRI RAMANAYA
HARI OM TAT SAT
OM SHANTI, SHANTI, SHANTIHI
Gracias Ganapati. He seguido esta magnífica y única enseñanza, saboreándola paso a paso y dejándola florecer en mi interior y ahora que acaba la tendré presente por siempre. Es una muestra enorme de generosidad habérnosla trasmitido y compartido.
ResponderBorrarNamasté!
Gracias Ganapati por estos desarrollos que nos has ofrecido, constituyen por sí mismos todo un tratado cuyo único fin es el silencio tan necesario e incomprendido. Esas palabras finales de Sri Bhagavan (no las conocía) lo dicen todo y van a ser otra máxima a aplicar: "toda charla debe acabar solo en silencio". Magistral, certero para quienes anhelamos la paz.
ResponderBorrarAbrazos y gratitud!!
Gracias de corazon amigo!
ResponderBorrarMoremos en ese eterno Silencio... Allá nos encontraremos...
Namaste!
Amado Ganapati, como agradecerte, lo que nos das.. como agradecerte este dulce acompañamiento.., tan intenso.., estas enseñanzas que nos tocan y despiertan..
ResponderBorrarAmado mío, te siento siempre aqui, mi gratitud infinita por siempre..
Gracias Amado.
Abrazo Eterno.
Gracias por siempre, mis queridos amigos y hermanos en el Ser!
ResponderBorrarGracias por el cariño y el respeto que muestran hacia la enseñanza, y las contemplaciones hacia mis aportes, siempre tendientes a resaltar lo verdaderamente importante que es el mensaje de la Adavaita!
Falta el último verso, que publicaré en unos días dedicado a ustedes y a todos los que amamos los Sagrados Pies de Loto de nuestro Gurú Ramana!
Uno más y la tarea habrá terminado, pero como bien dice Victoria seguirá floreciendo en nuestro interior, de esta y mil maneras distintas... porque una vez que encontramos al Maestro, Su Gracia jamás nos abandona y nos sigue guiando por siempre!
Abrazo a todos en uno solo y nuevamente GRACIAS por acompañarme en esta entrega!
Namasté!
OM NAMAH SHIVAYA!
HARI OM TAT SAT!
♥. Eternamente en el Unico corazon.
ResponderBorrar¿Cómo se llama el swami de la primera foto?
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