Sólo el silencio

Aunque la realidad del ser ha sido establecida de muchas maneras,decirlo no es suficiente: el ser sólo es conocido por experiencia propia.

Sri Bhagavan Ramana Maharshi

ॐ नमः शिवाय

sábado, 1 de noviembre de 2014

SAT DARSHANAM - Verso 14 (la primera persona)

Cuarenta versos sobre la Realidad
(vivir desde el corazón)


14- Sin el yo las personas segunda y tercera no pueden existir. 

Cuando el yo se hunde por la investigación sobre su origen, las personas segunda y tercera también desaparecen. 

Nuestro propio estado natural, brilla.



Es fácil darnos cuenta, si lo investigamos, que el "yo" (el sentido de ser algo, el pensamiento raíz) aparece sólo durante el proceso de producción mental.

Con cada objeto, la mente (que no es una entidad, sino un proceso) crea automáticamente un sujeto de referencia... una idea a realizar.

Pero esa idea nunca pasa de ahí, de ser sólo una imagen ficticia, artificial por la que activamos todo el proceso creativo, y es más, esa imagen desaparece al instante de haberse llevado a cabo la tarea.

Lo que no desaparece es la idea de un "yo continuado", la movilizante sensación de ser algo que realmente puede cambiar las cosas, el hacedor ficticio, la creencia en que siempre ha sido el mismo yo, el mismo sujeto, el falsamente poderoso ser individual.

Las personas segunda y tercera, tú y ellos, sólo surgen como producto de una falsa referencia personal, de una perspectiva equivocada, separada de la realidad.

La primera persona (la persona real) es el yo soy, el primer destello de la conciencia en su estado puro, sin forma, no vacía sino plena de potencialidad.

Sin embargo, como decía Dogen Zengi, lo que percibimos es el reflejo de la luna, en una gota de rocío, caído del pico de pájaro...

Con ese tibio reflejo pretendemos buscar la realidad, con esa tan pequeña pista no podemos hallar ni siquiera el camino y mucho menos la corriente real.

Pero es cierto que siguiendo esa lejana luminosidad, que aparece como yo-soy-esto,  como yo temporal o psicológico, podemos rastrearlo.

El Sadgurú lo recomendaba a todos los principiantes en la vía directa, como método infalible de concentración y detención de la producción mental desaforada.

Es el Sagrado Vichara, la investigación profunda de esa "luz de luna" con el divino sueño de alcanzar el SOL!

Parece imposible, pero no lo es... y no lo es sólo por SU GRACIA.

Por la Gracia del Gurú sucede que al llegar al límite de nuestras posibilidades, el mismo se presenta en la forma de luz clara y pura, a abrirnos la puerta de la Vía real.


La gracia es el Ser...
 Si me recuerdas, se debe al impulso que sale del Ser. 
¿No está ya la gracia ahí? 
¿Hay algún momento en el que la gracia no actúe en ti? 

Tu recuerdo es el precursor de la gracia. 

Ésta es la respuesta, 
esto es el estímulo, 
esto es el Ser y esto es la gracia. 

No necesitas sentir ansiedad.

(Talks: 29-9-36)

Entonces sentimos, más que comprender intelectualmente, que nosotros somos el "pecado", el único escollo para volver a ser.

Nosotros mismos, creando un sí mismo artificial, superpuesto al Yo real que no tiene forma ni límite alguno, nos alejamos de la consciencia pura del solo ser.

Creamos un yo falso y a partir de él queríamos solucionarlo.

Nosotros mismos creamos la búsqueda... y ahora, al fin, volvemos al principio y toda esa locura de hallarnos perdidos no fue más que eso, una idea, un sueño, una ilusión.

Nosotros somos la sombra que oscurece el sol, que al mirar la luna mira el dedo, y al trascenderlo nos quedamos a mitad de camino... soñando en la luna.

Es sólo nuestra falta de determinación por llegar a verdad última, la que nos impide ver la realización siempre disponible aquí y ahora.

Hasta que comprendemos que la iluminación es sencillamente esa misma actitud, esa parada firme ante lo ilusorio ... sin negar... pero abrazando todo como una misma creación puramente mental, virtual y vacía de una entidad propia.

En la visión purificada del hombre despierto, determinado a encontrar el origen de todo, la producción mental es apenas eso, apenas mente... casi nada, con la misma significación que cualquier desborde de energía, que jamás puede por si sola reflejar la verdad de la fuente.

A partir de ahí no podemos aceptar más esa mentira... ni debemos rechazarla tampoco... debemos abrazarla con amor, trascenderla con lucidez, con apertura, con claridad de objetivo y sin aceptar medias tintas.

A partir de ahí no podemos detenernos más... hasta nada, hasta nunca... los límites se acaban y la corriente eterna e infinita de la realidad se convierte en un nuestra única naturaleza.



Y al fin "sabemos" que no necesitamos saber nada en absoluto.

"Conocemos" aquello que realiza que no hay nada que conocer.

Tenemos la "certeza" de que no hay certeza alguna que podamos tener, de la que podamos agarrarnos para afirmar nuestra realidad esencial.

Sentimos más allá de cuerpo y mente que no hay nada pueda limitarnos, inquietarnos, afectarnos en lo más mínimo, de toda esta creación superflua que nos rodea... y que antes nos tenía tan obsesionados.

Nuestro propio estado natural, brilla.

Nuestra mirada resplandece, pero mayor aún es la quietud, la tranquilidad, la apertura de nuestro corazón, de nuestra conciencia, que prácticamente, ahora pasa a ser desapercibida.

Para esto TODA noción debe desaparecer, toda idea propia debe haber sido eliminada de raíz... inclusive la noción de haber hallado algo... inclusive el "samadhi" o la iluminación.

No puede haber más nada en el medio... entre el Gurú y nuestros corazones!

Vivir desde el corazón no es poesía... no es metáfora... es el único y definitivo Hogar, el único espacio verdaderamente nuestro!




OM NAMAH SHIVAYA 


Âtma Vichara paso a paso

Persigue inexorablemente la búsqueda del "Quién soy yo".
Analiza tu personalidad entera.
Trata de encontrar dónde comienza el pensamiento del Yo.
Prosigue con tus meditaciones.
Continúa volviendo la atención hacia adentro. (Un día la rueda del pensamiento perderá velocidad, y una intuición surgirá misteriosamente)
Sigue esa intuición, deja que tu pensamiento se detenga, y te conducirá finalmente hacia la meta.

De las Enseñanzas de Sri Ramana Maharshi