Sólo el silencio

Aunque la realidad del ser ha sido establecida de muchas maneras,decirlo no es suficiente: el ser sólo es conocido por experiencia propia.

Sri Bhagavan Ramana Maharshi

ॐ नमः शिवाय

sábado, 13 de septiembre de 2014

SAT - DARSHANAM

Cuarenta versos sobre la Realidad
(vivir desde el corazón)

Introducción

¿Podría haber sentimiento del yo sin aquello que siempre existe?
Este ser interno, el Corazón, 
existe libre de pensamientos.

¿Cómo, pues, conocer aquello que está más allá de la mente?
Conocerlo es residir, firmemente, 
en el Corazón.

El pensamiento del yo es el primero en morir 
para quienes han encontrado refugio, 
lejos del temor a la muerte.

A partir de entonces son, naturalmente inmortales.
¿Pueden alguna vez ser asaltados por el temor a la muerte?



El sentimiento del yo no es el SER... pero es su indicio, su rastro, su huella en nuestra tercera dimensión de espacio-tiempo.

Siguiendo este Camino, este ser, este rastro interno nos situamos en el espacio del corazón... y el corazón no está situado en un lugar específico del cuerpo o del mundo, el corazón vibra en todo espacio... el corazón ES un haz de luz y una onda expansiva infinita, es este ser que nos impulsa y a la vez nos atraviesa!

Por eso dice el Sadgurú que EXISTE libre de pensamientos, porque todo lo creado, la consciencia y los agregados dentro de ella, entre los cuales están las formaciones mentales... son sólo el reflejo, el aura, la luz que surge a partir de ese espacio y a la vez camino del corazón, de esa corriente eterna que nos enciende y trasciende íntegros, de principio a fin.

Cómo podemos conocerlo, si el instrumento con que contamos es un derivado, ni siquiera creado, sino reflejado de ese Ser infinito e inalcanzable?

No podemos. Al menos no desde esta perspectiva...

Es imposible mientras lo observemos desde esta posición actual, de testigos separados, de seres conscientes de la consciencia, como algo que está más allá de este mismo espacio infinito del corazón.

No podemos conocerlo, sólo podemos serlo... "residiendo en Él... soltando amarras... fluyendo con Él, EN Él, como la gota de lluvia que cae en el río... muriendo con dolor, pero sin sufrimiento, muriendo consciente-mente a ser cualquier otra cosa, que no sea esa Corriente eterna de Luz infinita.

Cuando el Maestro dice "Firmemente en él"... se refiere al compromiso, a la entrega, a la total disposición y liberación de toda otra intención que la de ser "uno" con eso, que la de amar ese ser, y morir sólo por Eso!

Esta fe no es una fe ciega, es confianza, compromiso y constancia, todo en un mismo y fervoroso acto de unificación con lo amado.

¿Y que mejor manera de unificarnos que reuniendo los conceptos de nacimiento y muerte... y así abrirnos al verdadero significado de la vida?

Siempre recordamos que el gran sabio, en la etapa final de su enseñanza, decía: "Temen que muera, que me vaya, pero dónde podría ir...?, porqué se angustian?" y agregaríamos, todavía no han comprendido?

Es que a veces es necesario toda una vida para comprender que no hay sitio donde ir, que no hay otro lugar que este aquí, que no hay otro tiempo que este ahora, en donde y cuando todo está unificado en un mismo y claro, nunca misterioso... SER!

Sólo la muerte enseña el secreto de la vida.




Nada es más creativo que la muerte!

Porque aquí y ahora todo concluye... Se acaban las esperanzas!

El pasado pierde toda significación, no hay nada que nos asegure un futuro...

Y aprendemos que la vida (la verdadera vida universal) es consumada momento a momento, paso a paso, de instante en instante

Por eso tiene que ser vivida como cada momento, con mente indivisa, plenamente... y nos revelará su secreto!

La muerte nos deja estas cuatro enseñanzas básicas:

No hay pasado (El pasado debe ser abandonado)
No hay futuro (No puede evitarse lo desconocido)
No hay presente (Nada puede ser completamente asegurado)

No hay yo, porque al no haber tiempo... El yo no puede continuar!

La vida es siempre AQUÍ y AHORA: 

1) Abandono la historia personal

2) Apertura y entrega (rendición consciente) a lo desconocido

3) Deshacerse del hábito de pensar desde lo individual, desde el yo

4) Aprender a fluir relajado en la inseguridad absoluta

Y como resultado natural... Vivir confiado en el curso de la vida unificada, de la mente indivisa!

Por eso nos recuerda que el "pensamiento yo" (el emisario de la separación, de la muerte misma) es el primero en morir, porque es el sostén de todo lo demás... todo agregado, objeto, todo sueño, todo fenómeno no es más que un SOPORTE del yo-personal, del sistema, de la consciencia imaginada, superpuesta sobre Lo Real...

Todo objeto es yo+esto, "aham idam", forma y vacío en un mismo acto creativo, compartido entre el recuerdo y la imaginación, pasado y futuro que no se resignan a perecer.

Si cualquiera de los dos componentes falta, el otro desaparece... si no hay pasado, tampoco futuro... si falta el objeto, el sujeto se esfuma... y siendo el sujeto es el primero en caer (soltar conscientemente) el objeto mostrará su irrealidad y se irá para siempre.

Y esta enseñanza, aparente-mente referida al cuerpo, es la base para comprender la enseñanza del Sadgurú: "Si la mente es observada, los pensamientos cesan"

Una vez que comprendemos que no hay sujeto ni objeto separados, que no hay nacimiento ni muerte en ninguno de los agregados, que todos son vacíos tanto como son forma, que todos son sólo un reflejos de ese haz de Luz Divina pasando por nosotros... ya no tememos!

No tememos a la muerte, ni al miedo, ni a nada más, nunca jamás... saboreamos el Néctar del Ser, la Paz inexpresable del Ser-sólo-ser...


OM NAMAH SHIVAYA

Âtma Vichara paso a paso

Persigue inexorablemente la búsqueda del "Quién soy yo".
Analiza tu personalidad entera.
Trata de encontrar dónde comienza el pensamiento del Yo.
Prosigue con tus meditaciones.
Continúa volviendo la atención hacia adentro. (Un día la rueda del pensamiento perderá velocidad, y una intuición surgirá misteriosamente)
Sigue esa intuición, deja que tu pensamiento se detenga, y te conducirá finalmente hacia la meta.

De las Enseñanzas de Sri Ramana Maharshi